Gustavo Petro volverá a ser alcalde de Bogotá tras haber sido destituido

El caso Petro ha sido complejo porque él, economista, ex congresista, ex rebelde, no ha aceptado que lo saquen de su cargo. Dice que es un golpe a la democracia y a la libre elección y sus batallas jurídicas -y las de sus seguidores- han sido de largo aliento. No de otra manera se entiende que las enredadas leyes hayan revertido la decisión de Santos de marzo pasado de no acoger las medidas cautelares de la CIDH, bajo el argumento de que Petro había tenido múltiples instancias jurídicas para defenderse.

Claramente algo pasó porque pese a que era una decisión presidencial, la Sala de Restitución de Tierras del Tribunal de Bogotá falló ayer una tutela interpuesta por el ciudadano Óscar Augusto Verano Muñoz en contra del presidente Santos y el procurador general, Alejandro Ordóñez. Verano Muñoz alegó que se le estaban vulnerando sus derechos fundamentales a elegir y ser elegido y al debido proceso internacional. Ganó. Y Santos tuvo que revertir su decisión.

«En este caso los jueces me ordenan restituir al alcalde y he firmado el decreto correspondiente para restituirlo. Esta decisión es en cumplimiento de la ley, así esto les guste a unos y a otros no, yo acato la ley», dijo Santos a quien revertir esta decisión no le llega en buen momento. Santos, quien busca ser reelegido durante otros cuatro años en mayo próximo, no tiene alta popularidad entre los colombianos. Hay un margen de voto en blanco bastante alto –que supera el 25%- y las encuestas le dan a Santos un tenue 35% de favorabilidad. Sus contradicciones con Petro no lo ayudarán a escalar en las encuestas. Santos es consciente de esto. Por eso aprovechó la oportunidad para cuestionar el uso de la tutela como mecanismo de defensa. «Es pertinente reflexionar si regulamos el uso de la tutela como mecanismo de defensa. Procedo a sabiendas de que es una decisión controvertida, a pesar de que se habían ganado 32 tutelas, pero de eso se trata la democracia y el primero que debe dar ejemplo de respeto por la ley, es el propio presidente», agregó.

Su contendor inmediato, el candidato presidencial Óscar Iván Zuluaga, quien representa el partido del ex presidente Álvaro Uribe Vélez, gran opositor de Santos, lamentó la decisión del Tribunal. «Somos respetuosos de las decisiones de la justicia. Sin embargo, no deja de llamar la atención el hecho de que un juez de tierras sea quien decida en una materia tan delicada como el futuro de Bogotá. Una vez más queda Bogotá en el limbo y demuestra la crisis de la justicia que amerita una reforma».

Expertos en leyes y en constituciones como el ex alcalde de Bogotá Jaime Castro cuestionó el impacto que el fallo le genera a Colombia. «El país está asistiendo al sainete judicial en la feria de los pueblos para la diversión del público asistente». Y se preguntó: «¿La tutela se debe utilizar para estos efectos? ¿Y por cualquier juez?»

Que es un limbo jurídico incomprensible, no cabe la menor duda. Bien lo señalaba el portal de internet «lasillavacia.com » . «Mientras el súper lío jurídico se resuelve, Bogotá seguirá en interinidad. Cabe la posibilidad de que en dos semanas, la Corte Suprema –máxima instancia judicial colombiana- revoque el fallo de tutela, que luego el Consejo de Estado le otorgue medidas cautelares y que luego venga el proceso de revocatoria. Y si no lo revocan, que la Corte Constitucional finalmente diga la última palabra. Entonces, la atención estará puesta, una vez más, en el enredo jurídico y no en los problemas que afectan a los bogotanos en el día a día».