Obama vuelve a Asia para preservar la hegemonía de EE.UU. frente al ascenso de China
El inquilino de la Casa Blanca asegura que su compromiso con Pekín no minará su alianza con Japón y Corea del Sur
PABLO M. DÍEZ
El presidente Barack Obama vuelve a Asia con el objetivo de preservar la hegemonía de Estados Unidos en el Pacífico frente al ascenso de China. Curiosamente, Pekín no figura entre las escalas del inquilino de la Casa Blanca, que llega este miércoles a Tokio ... para reafirmar su alianza con Japón. Tras reunirse mañana con su primer ministro, Shinzo Abe, viajará a Corea del Sur y luego a Malasia y Filipinas.
Su visita ya ha sido definida por la agencia de noticias Xinhua, altavoz del régimen chino, como «un intento concienzudamente calculado para constreñir el rápido desarrollo del gigante asiático». Sin ocultar su malestar por este viaje, la tribuna de Xinhua también recomienda a Estados Unidos «reevaluar su anacrónico sistema de alianzas hegemónicas y dejar de mimar a sus amigotes como Japón y Filipinas, que han estado encendiendo tensiones regionales con sus provocaciones».
Pero Obama ha dejado claro que apoyará a ambos aliados asiáticos, que mantienen serias disputas territoriales con el autoritario régimen de Pekín. «Damos la bienvenida al ascenso continuo de una China que sea estable, próspera, pacífica y juegue un papel responsable en los asuntos globales», saludó Obama en un artículo publicado en el diario « Yomiuri Shimbun ». Sin embargo, matizó que “nuestro compromiso con China ni viene ni vendrá a expensas de Japón o algún otro aliado”.
En este sentido, aseguró que las islas niponas reclamadas por China están cubiertas por un acuerdo de seguridad bilateral que obliga a Washington a proteger el territorio japonés. «Las islas Senkaku están administradas por Japón y caen así dentro del alcance del Tratado de Mutua Cooperación y Seguridad entre EE.UU. y este país», insistió Obama.
Las relaciones bilaterales
Con este capote a Shinzo Abe, muy criticado por visitar en diciembre un polémico santuario tokiota donde se honra a criminales de guerra, la Casa Blanca persigue frenar la emergencia de China y, de paso, avanzar una Alianza Transpacífica que impulse el libre comercio a ambas orillas del Océano.
En Corea del Sur, en cambio, volverá a mostrar a su apoyo a la presidenta Park Geun-hye, muy criticada por el naufragio del transbordador «Sewol» , el peor desastre marítimo que ha sufrido este país en las dos últimas décadas. Además, Obama llegará a Seúl justo cuando los servicios secretos de ambas naciones han alertado de que Corea del Norte podría estar preparando su cuarto ensayo nuclear.
«La pelota está en Pyongyang para que lleve a cabo pasos concretos que cumplan con sus compromisos y obligaciones, mientras que EE.UU., Japón y Corea del Sur estamos unidos en nuestro objetivo: la completa desnuclearización de la Península Coreana», recordó Obama. Por su parte, la agencia estatal norcoreana KCNA citó a un portavoz de su Ministerio de Exteriores tildando el viaje del presidente norteamericano de «reaccionario y peligroso porque pretende escalar la confrontación y traer nubarrones de una carrera de armas nucleares sobre esta inestable región».
Tras pasar por Japón y Corea del Sur, Barack Obama recalará en Malasia, donde mostrará su solidaridad con el Gobierno en la búsqueda del desaparecido vuelo MH 370, y en Filipinas, que también mantiene disputas territoriales con China.
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