Moscú amenaza a Kiev con una guerra civil si reprime a los separatistas rusos
Putin acusa a Ucrania de desplegar en el este a ultras del Maidan y a mercenarios de EE.UU.
Moscú amenaza a Kiev con una guerra civil si reprime a los separatistas rusos
Bajo la apariencia de preocuparse por los «derechos» de la población del este de Ucrania, mayoritariamente rusófona, el Kremlin no oculta que a quien realmente defiende es a los insurrectos separatistas que no representan a nadie y que han tomado edificios oficiales en Donetsk, Járkov ... y Lugansk.
Los esfuerzos de las autoridades de Kiev por restablecer el orden en esas regiones no gustan en Moscú. El Ministerio de Exteriores ruso advirtió ayer en un comunicado publicado en su página web que los «preparativos militares» que el Gobierno ucraniano está llevando a cabo contra los activistas prorrusos en la parte oriental del país pueden provocar una «guerra civil».
La OTAN pide a Rusia que «dé marcha atrás», según su secretario general, Anders Fogh Rasmussen, que advierte de un «error histórico» de Moscú si sigue adelante.
La Cancillería rusa sostiene que entre las fuerzas enviadas por Kiev a Donetsk, Lugansk y Járkov hay «militantes de la organización armada ilegal Sector de Derechas» y también «150 especialistas norteamericanos del grupo paramilitar privado Greystone (filial de Blackwater, famosa por sus trabajos en Irak) vestidos con el uniforme de la unidad Sókol (halcón)» de operaciones especiales. Según la nota, «se les ha encomendado la misión de acabar con las protestas de los habitantes del sureste del país contra la política del Gobierno». Moscú alerta además sobre la «amenaza» que tales operaciones constituyen «contra los derechos, las libertades y la vida de ciudadanos pacíficos».
«Son terroristas»
Sin embargo, en Kiev no piensan que se traten de ciudadanos pacíficos, sino de delincuentes peligrosos. «Los separatistas que toman las armas y asaltan edificios serán tratados como establecen la Constitución y las leyes, como terroristas y criminales», aseguró el presidente en funciones del país, Alexánder Turchínov. Al mismo tiempo, Turchínov prometió, en evidente respuesta a Rusia, que las fuerzas de seguridad ucranianas «no emplearán nunca las armas contra manifestantes pacíficos».
Destacamentos de la unidad especial «Jaguar» consiguieron desalojar ayer por la mañana de la Administración regional de Járkov a los separatistas que se allí se atrincheraron el domingo. La información sobre esta operación «antiterrorista» apareció en la cuenta de Facebook del ministro de Interior ucraniano, Arsén Avákov. Según su testimonio, no hubo un solo tiro, no hubo sangre y fueron detenidos «70 separatistas» . Por el contrario, de acuerdo con informaciones gubernamentales, los secesionistas respondieron con «granadas» y «cócteles Mólotov». Al parecer, tres policías resultaron heridos, uno de ellos de gravedad.
Sin embargo, en Donetsk los activistas prorrusos continúan manteniendo el control de la sede de la Administración regional. El lunes proclamaron la independencia de la región de Donbass y anunciaron la celebración de un referéndum para la incorporación a Rusia en mayo.
El magnate ucraniano Rinat Ajmétov, cuyos principales negocios se encuentran en Donetsk y que tuvo una gran proximidad con el depuesto presidente Víctor Yanukóvich, llamó ayer al diálogo entre los separatistas y las autoridades de Kiev. Señaló que muchas de las reivindicaciones de la gente del este de Ucrania son «legítimas». «La gente quiere trabajo, quiere mejor vida», afirmó. Ajmétov advirtió que «si se produce un intento de desalojar por la fuerza la Administración de Donetsk, yo iré también allí a defenderla». También continúa en poder de los separatistas el cuartel general del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) en Lugansk, tomado el domingo.
En la cercana frontera con Rusia, según distintas estimaciones, hay todavía desplegados entre 20.000 y 40.000 soldados. El presidente ruso, Vladímir Putin, ha anunciado repetidamente que se «reserva el derecho» de intervenir militarmente en Ucrania, si cunde la «anarquía» o se ve seriamente amenazada la población prorrusa. El pasado 28 de febrero, el Consejo de la Federación (Cámara Alta) dio luz verde a Putin para utilizar el Ejército en el país vecino cuando estime.
Mientras, la Rada Suprema, el Parlamento de Ucrania, aprobó ayer una ley que endurece las penas a quienes cometan delitos de separatismo y contra la seguridad del Estado.
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