Internacional

El Maidan tampoco se fía de los líderes políticos de la oposición

Los manifestantes de la plaza de la Independencia temen que los nuevos dueños del poder solo quieran enriquecerse

El Maidan tampoco se fía de los líderes políticos de la oposición AFP

Rafael M.Mañueco

Un día después del derrocamiento de Víctor Yanukóvich, con la fecha de las elecciones presidenciales fijada para el 25 de mayo y la Rada (Parlamento) bajo el control de la oposición, en la plaza de la Independencia de Kiev, el Maidan, no hay signos de ... que los manifestantes estén dispuestos a desmantelar las barricadas, desmontar las tiendas de campaña e irse a casa. No se fían.

«Primero tenemos que ver cómo evoluciona la situación porque en la oposición hay quienes solo quieren ponerse en el lugar de los que se han ido para hacer lo mismo que ellos, es decir, para robar y enriquecerse», asegura Serguéi, guardián de una de las barricadas instaladas en la calle Kreshatik. A su lado, un militante de la organización nacionalista «Spilna Sprava» (Causa Justa) añade que «hasta que Yanukóvich no esté en la cárcel y los asesinos que mataron a nuestros compañeros comparezcan ante la Justicia no nos iremos de aquí». Este mismo argumento es el que defienden el resto de las organizaciones ultras del Maidán como «Pravi Séktor» (Sector de la Derecha) o Svoboda (Libertad).

Los seguidores de la exprimera ministra, Julia Timoshenko, tampoco piensan irse de la plaza , pero no tienen muy claro por qué. Se limitan a decir que así lo ha pedido ella.

Sin embargo, el alcalde de Kiev, Vladímir Makéyenko, ya ha anunciado que hoy comenzarán los trabajos para retirar las barricadas, limpiar las calles y arreglar los desperfectos provocados por la revuelta. Eso sí, dijo que «los trabajos para acondicionar las calles se harán de acuerdo con el deseo de los ciudadanos».

Ayer, día de luto por los 82 muertos en el conflicto, al Maidán acudieron más personas de lo habitual, muchas llegadas desde otras regiones del país. Muchos de ellos llevaban flores para depositar en los lugares donde cayeron los manifestantes fallecidos. Otros llegaron hasta allí con la única intención de ver el escenario de una protesta que ha durado casi tres meses y hacer fotografías ante tan histórico telón de fondo.

Julia, una mujer de unos cuarenta y cinco años, se muestra satisfecha por la «victoria». «Necesitamos ahora un sistema más justo, mayor respeto a la ley y democracia», asegura. Julia, no obstante, es consciente de que ahora sobre Ucrania se ciernen graves amenazas, como la partición del país. Ayer en el centro de Kiev era el turismo de revuelta. Los visitantes hacían cola para pasar a través de los estrechos pasadizos abiertos en las barricadas. Los comercios y cafeterías, que habían permanecido cerrados después de que la situación se agravara, ayer volvieron a abrir sus puertas. Un poco más arriba, frente a la Rada, muchos escuchaban la marcha de las sesiones a través de altavoces colocados en el exterior. Otro grupo de manifestantes portaba pancartas en contra de Timosheko. Aparecían los rostros de la ex primera ministra ucraniana y del presidente ruso, Vladímir Putin, con el signo igual en medio de ambos.

«Puertas abiertas»

Otro lugar muy visitado ayer por la gente fue la residencia de Yanukóvich en Mezhigorie, a 20 kilómetros al norte de Kiev. El sábado y ayer domingo fueron declarados días de «puertas abiertas» en la mansión presidencial. No había retretes ni grifería de oro, pero sí muebles de lujo y elementos de alto confort. La Rada decidió devolver al Estado la residencia de Yanukóvich. Para llegar ayer a Mezhigorie había que soportar enormes atascos debido a la gran cantidad de curiosos y periodistas que se trasladaron al lugar.

La única nota violenta en la jornada de ayer fue el intento de radicales del Maidan de ocupar el Monasterio de Kievo-Pechérskaya Lavra, el santuario más importante de Ucrania, para ponerlo bajo la tutela del Patriarcado de Kiev. Este histórico complejo religioso permanece bajo control de la Iglesia Ortodoxa rusa, concretamente del Patriarcado de Moscú. Los monjes cerraron a tiempo las puertas del monasterio e impidieron que se consumara la toma.

El Maidan tampoco se fía de los líderes políticos de la oposición

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