Turquía registra una fuga de capitales de 3.000 millones de dólares en un mes

Las autoridades aseguran que está más relacionado con la coyuntura internacional que con las protesta, mientras Erdogan arremete contra la banca privada y las tarjetas de crédito

Turquía registra una fuga de capitales de 3.000 millones de dólares en un mes afp

DANIEL IRIARTE

El gobierno turco admite la existencia de serios reveses a la economía del país, aunque asegura que estos sólo están parcialmente relacionados con las protestas antigubernamentales del pasado junio. El viceprimer ministro, Ali Babacan , estimó esta semana en más de 3.000 millones ... de dólares los capitales que salieron del país entre el 17 de mayo y el 5 de junio , debido, según él, más a la coyuntura internacional que a la nacional.

«Las decisiones de la Reserva Federal estadounidense, que tuvieron un impacto en los mercados emergentes, y los acontecimientos interiores coincidieron y tuvieron efectos», indicó Babacan, refiriéndose a la decisión del organismo norteamericano de comenzar a reducir sus programas de estímulo económico. De hecho, la semana pasada el Banco Central de Turquía anunció que la inversión extranjera en el país se redujo un 35 % en los primeros cinco meses del año –antes del estallido de la revuelta contra el gobierno- respecto al mismo período del año anterior.

Hayan tenido o no que ver las protestas, todo apunta a que el ejecutivo de Recep Tayyip Erdogan lo va a tener complicado para alcanzar la tasa de crecimiento prevista del 4 % del PIB. «Revisiones a la baja en el crecimiento son posibles en todo el mundo debido a las políticas de los EE.UU. y la incapacidad de Europa para recuperarse. Si hacemos una pequeña revisión o dos, no debería ser una sorpresa dado que nuestro principal mercado exportador y otros mercados emergentes también están siendo revisados, pero no tiene nada que ver con los fundamentos de la economía de Turquía», asegura Babacan.

«Dificultad creciente para las previsiones»

El viceprimer ministro califica de «aún válida» la previsión de alcanzar los 158 millones de dólares en exportaciones este año, aunque admite su «creciente dificultad». Por su parte, la Asociación de Inversores Internacionales en Turquía ha indicado que va a ser muy complicado que logren atraer los entre 15 y 20.000 millones de dólares de inversión extranjera que se habían marcado como objetivo.

Malas noticias, en definitiva, para una economía que depende en gran medida de los capitales foráneos. El gobierno de Erdogan ha tratado duramente de no elevar las tasas de interés, en un esfuerzo de mantener el crecimiento económico en un año de precampaña electoral, pero el precio a pagar ha sido una importante caída de la lira turca respecto al dólar y el euro. Por ello, el miércoles Babacan anunció un probable incremento de la principal tasa de interés a partir de la semana que viene.

Pero mientras el Banco Central trata de poner en marcha estas medidas de contención, el comportamiento del propio Erdogan continúa arrojando dudas en los medios financieros internacionales. Si hace unos días nombró como principal asesor económico a un teórico de la conspiración –Yigit Bulut, uno de los más firmes defensores de la idea de que las protestas son parte de un plan de especuladores extranjeros para debilitar a Turquía y beneficiarse económicamente-, esta semana el primer ministro arremetió contra el uso de tarjetas de crédito y la codicia de los bancos, que calificó de «insaciable».

Contra las tarjetas de crédito

«No tengáis tarjetas de crédito», pidió durante un discurso de celebración de la festividad del Ramadán. «Quien paga ese dinero no son los ricos sino los pobres. Presumen de ello, pero el dinero se acaba antes de final de mes», dijo. «Mi gente tiene deudas enormes con los bancos. Un solo banco en concreto, cuyo nombre no mencionaré aquí, gana 600 millones de liras [unos 230 millones de euros] por el uso de tarjetas de crédito», indicó.

Sin duda, el primer ministro pretendía llamar la atención sobre el problema del endeudamiento individual en la sociedad turca, uno de los más altos del mundo, pero también buscaba atacar a la banca privada. «No hablé hace poco del ‘lobby de la tasa de interés’ simplemente por nada. Dije esas cosas porque sé algo», aseguró, haciendo un llamamiento a los turcos a pasar sus ahorros a los bancos de propiedad estatal . Los principales bancos privados del país, obviamente, no están felices con estos comentarios.

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