Karzai acepta negociar tras la retirada de los símbolos del emirato talibán en Doha
Kerry tuvo que intervenir de urgencia el miércoles para mediar entre lasautoridades afganas, las cataríes y los radicales islámicos
Karzai acepta negociar tras la retirada de los símbolos del emirato talibán en Doha
El órdago de Hamid Karzai surtió efecto. 24 horas después de anunciar su negativa a participar en un proceso de paz que no estuviera liderado por las autoridades afganas y de cancelar las negociaciones para determinar el nuevo rol de las fuerzas de Estados ... Unidos tras la retirada de la OTAN en 2014, el presidente de Afganistán logró su objetivo. La recién estrenada oficina de los talibanes en Catar tuvo que cambiar su nombre inicial de ‘Oficina Política del Emirato Islámico de Afganistán’ a ‘Oficina Política de los Talibán Afganos en Doha’ , el grupo del mulá Omar arrió la bandera blanca del emirato e inmediatamente las autoridades de Kabul se mostraron dispuestas a tomar parte en el diálogo. El secretario de Estados, John Kerry, tuvo que intervenir de urgencia el miércoles a última hora para mediar entre Kabul, Doha y los talibanes e imponer las peticiones de Karzai.
Washington cambia radicalmente de estrategia a falta de apenas año y medio para el repliegue definitivo de la misión internacional. Los insurgentes hicieron público el martes la apertura de la oficina y la primera reacción del Gobierno de Karzai fue subrayar que la aceptarían si el objetivo final es lograr la «paz y reconciliación» nacional. En la hoja de ruta bilateral estadounidense y talibán hay también otros puntos más concretos como el intercambio de presos. Los insurgentes reclaman a sus militantes cautivos en Guantánamo y EE.UU al sargento Bowe Bergdahl, único militar norteamericano en manos enemigas.
El repliegue de la OTAN cumple los plazos previstos y esta misma semana ha concluido la transferencia de seguridad de los últimos 95 distritos a las fuerzas afganas. Los últimos meses de la misión internacional estarán centrados en la formación de los 350.000 militares, paramilitares y policías afganos encargados de recoger su testigo. La salida de las fuerzas de la OTAN era una de las exigencias talibanes antes de iniciar un proceso negociador y, como se comprobó el martes con la muerte de cuatro soldados americanos en la base de Bagram, pese a estar en la mesa de diálogo seguirán con sus ataques.
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