Irán refuerza su capacidad nuclear con dos nuevos centros para uranio
El presidente Ahmadineyad los inaurugó coincidiendo con el Día Nacional de la Energía Atómica
Irán refuerza su capacidad nuclear con dos nuevos centros para uranio
«Las sanciones nos refuerzan», fueron las palabras que empleó el negociador nuclear iraní, Saed Jalili, al final de la cumbre celebrada en Kazajistán durante el fin de semana y sus palabras fueron una premonición de lo ocurrido 48 horas más tarde. El grupo del ... 5+1 –Reino Unido, Estados Unidos, Francia, Rusia, China y Alemania- no solo se quedó sin respuesta iraní a su oferta de congelar el enriquecimiento de uranio a cambio de levantar parcialmente las sanciones, sino que a partir de ahora debe añadir dos nuevos centros a su lista de preocupaciones. Irán esperó a la conmemoración del Día Nacional de la Energía Atómica para anunciar a sus ciudadanos la puesta en marcha de un centro de extracción y otro de procesamiento de uranio en la provincia de Yazd, en el centro del país.
El encargado de la inauguración fue el presidente Mahmoud Ahmadineyad, el mismo que instauró este día nacional en 2006 tras conseguir los científicos completar el ciclo de la producción de combustible atómico en Natanz con lo que pasó a convertirse en uno de los nueve países nucleares del mundo. En los medios oficiales apenas se dieron detalles sobre las minas de Saghand y el Centro Shahid Rezayeenejad de producción de ‘yellow cake’ o ‘torta amarilla’ (polvo de óxido de uranio concentrado), en Ardakan. Los canales nacionales se limitaron a informar de la puesta en marcha de estas instalaciones para la extracción y procesamiento del uranio a través de una videoconferencia presidencial en la que Ahmadineyad animó a los responsables a «acelerar» su trabajo. El dirigente ultraconservador también aprovechó para enviar un mensaje a los países de Occidente asegurando que «no pudisteis bloquear nuestro acceso a la tecnología nuclear cuando no la teníamos. ¿Cómo pensáis quitárnosla de las manos ahora que la disfrutamos? La mejor solución que os queda es cooperar con Irán».
La televisión iraní señaló que en Saghand se trabajará en dos minas donde el mineral se extrae a 350 metros bajo tierra y de allí será transportado a Ardakan, ciudad situada a 120 kilómetros, para la elaboración del ‘yellow cake’ o ‘torta amarilla’. El procesamiento de este componente es la base para lograr el hexafluoruro de uranio (UF6), gas que permite la obtención de uranio enriquecido. Irán espera producir 66 toneladas de ‘torta amarilla’ en Ardakan que, al igual que las minas, llevaba años en construcción y la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) tenía constancia de ellos.
Hasta el momento los iraníes han demostrado ser capaces de enriquecer uranio hasta el nivel del 20 por ciento necesario para alimentar el reactor médico de Teherán. Los expertos coinciden en señalar que es necesario un 90 por ciento para fabricar armamento atómico, un grado del que Irán estaría también muy próximo ya que como declaró su presidente en febrero de 2010 «tenemos capacidad real para enriquecer uranio al 80 por ciento», lo que puede ser cierto o una bravuconada de Ahmadineyad. Esta capacidad es la que despierta dudas en la comunidad internacional y en el seno de la AIEA que hasta el momento no ha podido determinar de forma objetiva si el programa nuclear tiene fines militares o no.
Irán trabaja contra el reloj en la planta de Isfahán donde la ‘torta amarilla’ es procesada para convertirla en UF6, un gas vital en el proceso de enriquecimiento de combustible para el reactor de uso civil... aunque dependiendo del nivel del enriquecimiento podría servir también para uso militar. El reactor médico de Teherán, instalado por científicos estadounidenses en la época del Shá no dispone de combustible suficiente para los 365 días del año y las principales víctimas de las sanciones en los últimos meses son los pacientes que precisan radioterapia.
Israel pide acciones
La desconfianza en Occidente se convierte en certeza en Israel, cuyos dirigentes han encendido todas alarmas y alertan de que su gran enemigo tiene cada vez más cerca el arma atómica. Tel Aviv, que cuenta con un arsenal de cientos de cabezas nucleares, no confía ni en las negociaciones ni en las sanciones y abre la puerta a los ataques selectivos de las instalaciones más sensibles de la república islámica. «Irán no tendrá una bomba nuclear», tranquilizó el secretario de Estado John Kerry al primer ministro judío, Benjamin Netanyahu, en el transcurso de la visita oficial que mantiene a Israel para intentar desbloquear el proceso de paz entre palestinos e israelíes. Pese al fracaso de las sucesivas cumbres nucleares el diplomático estadounidense advirtió a Teherán que «seguimos abiertos a la negociación, pero no puede ser una negociación infinita».
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