«Todos los armenios sois unos bastardos»

No fue hasta que algunos medios de comunicación denunciaron el carácter eminentemente racista de la declaración que el asunto se convirtió en un escándalo. Ahora, un año después de aquellos hechos, el 14º Tribunal de Primera Instancia de Estambul ha condenado a cinco meses de cárcel a los diez organizadores de la manifestación que enarbolaban las pancartas, que finalmente ha sustituido por una multa de 3.000 liras (unos 1.300 euros).

Se trata de la primera vez que un tribunal turco emite una condena de este tipo por expresiones racistas. Los acusados, no obstante, insistieron durante el juicio en que su intención no era insultar, sino llamar la atención sobre la matanza de Joyali y la ley contra la negación del genocidio armenio que en aquel momento preparaba el parlamento francés.

Las pancartas son una burla indirecta del lema «Todos somos armenios», utilizado por los sectores progresistas de Turquía para mostrar su solidaridad con la comunidad armenia del país, especialmente en las manifestaciones por el aniversario del asesinato del periodista turco-armenio Hrant Dink .

La masacre de la localidad de Joyali es uno de los caballos de batalla de los nacionalistas panturquistas. En esta localidad de Nagorno-Karabaj, más de seiscientos civiles azeríes desarmados fueron asesinados por soldados armenios el 26 de febrero de 1992. Por ello, es traída a colación a menudo por los ultranacionalistas turcos cuando que alguien menciona las matanzas de armenios a manos de turcos o azeríes durante los siglos XIX y XX.

Cada año, el episodio es conmemorado a finales de febrero en Estambul y otras ciudades de Turquía. Este año, sin embargo, el tono de las manifestaciones era mucho más comedido, y se limitaba a pedir «Justicia para Joyali».

La condena, no obstante, se produce en un momento especialmente sensible. Una reciente oleada de asesinatos de mujeres de origen armenio en Estambul hace temer que pueda producirse una nueva oleada de violencia contra esta comunidad.