«El centro-izquierda italiano ganará y reforzará sus lazos con Rajoy»

Enrico Letta (Pisa, 1966), casado con tres hijos, fue a sus 32 años el ministro más joven de la República italiana, como titular de la cartera de Políticas Comunitarias. Buen amigo de España, por su contribución a la mejora de las relaciones hispano-italianas, el gobierno de nuestro país le concedió el pasado 1 de febrero la Gran Cruz del Mérito Civil, «una distinción –nos confiesa– que supone para mí un gran honor y de la que me siento muy orgulloso».

–¿Cómo juzga esta campaña electoral, cuando nos encontramos ya en su recta final?

–Hasta ahora ha sido una campaña horrible, llena de promesas irrealizables, hechas sobre todo por Silvio Berlusconi, una campaña que se ha caracterizado también por diversos escándalos financieros. Ante esa combinación y esas promesas imposibles de cumplir, lo que ha hecho Berlusconi ha sido echar gasolina al motor del populismo de Beppe Grillo (el cómico líder del Movimiento 5 Estrellas) que parece crecer en las encuestas gracias a esa tendencia populista. Nosotros, en el centro-izquierda, hemos intentado, y así seguiremos, hacer una campaña basada en asuntos concretos.

–¿Le ha sorprendido la campaña electoral de Berlusconi, que, a juzgar por las encuestas, le está dando buenos resultados?

–No me ha sorprendido, porque Berlusconi ha sido siempre así, y ahora espera convencer al menos a la mitad de los que convenció en el pasado. Lo cual para él sería un éxito, porque antes de la campaña los sondeos daban a su partido un 12 por 100, en una condición de aislamiento total. Con esta campaña está intentando sobrevivir políticamente. El problema es que hace mucho daño a toda la política italiana, porque la convierte en poco creíble y está dando de la misma una imagen folclórica.

–Además de la preocupación que suscita Berlusconi, hay también inquietud sobre la posibilidad de que de estas elecciones salga un gobierno sin mayoría suficiente en el Senado, preocupación que se extiende también por las posiciones que defiende el ala izquierda de la coalición que encabeza Nicki Vendola, líder de Izquierda, Ecología y Libertad, muy en desacuerdo con las que defiende Monti. La comunidad financiera internacional desearía una coalición que incluya a Monti, quizás en un superministerio de Economía. ¿Ve realista esta posibilidad?

–Pier Luigi Bersani siempre lo ha dicho: aunque ganemos con mayoría absoluta, nos abriremos a una alianza con las fuerzas europeístas reunidas en torno a Mario Monti. Lo haremos sin sacrificar la alianza con Vendola. Esa coalición se hará.

–¿Qué se juega Italia en estas elecciones y qué escenario prevé tras el cierre de las urnas?

–Italia se juega la posibilidad de ser protagonista en Europa o entrar en cuarentena y quedar totalmente aislada. Una victoria de Berlusconi la aislaría de nuevo. Una victoria de Bersani llevaría a Italia al centro de la escena europea, exactamente en la misma línea de lo que Mario Monti ha hecho en estos meses.

–¿Cómo serán las relaciones entre Roma y Madrid con un gobierno italiano de centro-izquierda?

–Reforzaremos las relaciones con el gobierno de Rajoy, teniendo como base el buen trabajo que han hecho el jefe del gobierno español y Monti. Para nosotros la relación con España y Francia será fundamental con el fin de crear un eje mediterráneo para el futuro de Europa, una Europa que sea la del crecimiento y no solo la de la austeridad y la recesión. Hoy la angustia por la crisis económica motiva que no se consuma y la economía siga deprimida y en recesión.

–La renuncia de Benedicto XVI ha tenido un gran impacto en el mundo. ¿Ha influido también en la campaña electoral?

–La decisión del Papa ha elevado los valores que están en el escenario de la campaña electoral. Todos nos hemos visto obligados a reflexionar sobre conceptos como espiritualidad, el valor de lo eterno, el papel de la autoridad en el mundo moderno, etc. Y todo ello hace más estridentes y contradictorios los mensajes populistas con los que Berlusconi se ha movido hasta ahora.

–Los mercados financieros han mostrado su inquietud por una eventual victoria de Berlusconi. Usted acaba de volver de Londres, a donde viajó para informar a la comunidad financiera. ¿Cuáles son las preocupaciones hoy en Europa ante la situación italiana?

–Su primera inquietud es un posible retorno de Berlusconi. Este es el verdadero mal. El resto son problemas que se pueden gestionar. Lo que se ve como un desastre es el posible retorno de Berlusconi, porque podría crear una situación no gestionable y hacer saltar el euro y toda Europa. En Londres he presentado nuestro programa, basado en una política muy europeísta, destinada a reforzar el euro y a hacer más solidarias las relaciones entre los diversos países europeos.

–A Berlusconi todo el mundo le reconoce su capacidad para el marketing y la comunicación, dotes que le convierten en un gran vendedor . Pero ¿cómo es posible que tras sus años de gobierno, siga aún recibiendo un apoyo electoral muy considerable? Uno de los grandes expertos en análisis electoral, el profesor Roberto D´Alimonte ha dicho: «Hace dos meses yo hubiera dicho que su victoria era imposible. Ahora digo solamente que es extremadamente improbable».

–Yo creo que al final el resultado de Berlusconi será decepcionante. Nuestros sondeos nos dicen que muchos electores de Berlusconi votarán al final por el populismo de Grillo. Yo estoy convencido de que el impacto que ahora tiene Berlusconi en la campaña electoral, llenándola de folklore, promesas y espectáculo, no se traducirá en votos.

–Silvio Berlusconi ha subido gracias a la televisión y al impacto de sus promesas que, aunque sean irrealizables, quedan grabadas en la mente de los votantes. En cambio las promesas del resto de los candidatos han pasado desapercibidas. ¿Me puede indicar un par de propuestas, las más importantes, de su programa?

–En esta fase final nos concentraremos en dos: una económica y otra política. La primera será reducir el impuesto sobre el trabajo. Italia es el país europeo con un mayor desajuste o diferencia entre lo que paga el empresario y lo que recibe en su nómina el trabajador. Prácticamente la mitad de lo que paga el empresario al empleado se destina a impuestos y contribuciones. La segunda propuesta es política: queremos cambiar de inmediato la ley electoral y reducir el número de parlamentarios. Hay 945 parlamentarios entre las dos Cámaras, son demasiados. Por eso queremos cambiar la ley electoral, que es la que quiso Berlusconi y es pésima. Haremos una nueva ley con segunda vuelta, siguiendo el modelo francés.