La crisis afecta hasta a las bicicletas en Holanda

Lamentablemente, la crisis económica ha afectado incluso a este sector, que por primera vez ha reconocido un descenso de ventas. Según los datos de los comerciantes, en 2012 se vendieron en Holanda apenas 1.039.000 bicicletas, un descenso del 13% respecto al año pasado, o lo que es lo mismo 133.000 bicis menos que en 2011. Holanda es uno de los países de la zona euro que todavía mantiene su calificación de triple A, pero su gobierno tiene que hacer recortes muy importantes del gasto público para mantenerla.

Además, se ha producido una crisis inmobiliaria que ha provocado un parón en la construcción y una brusca bajada de los precios de los inmuebles. En Holanda, la mitad de las hipotecas han sido suscritas por una cantidad superior al valor que hoy tiene el inmueble que respaldan, lo que a su vez ha debilitado al sistema financiero. Por suerte, el resto de la actividad económica resiste y el empleo se mantiene, los holandeses tienen que seguir yendo a trabajar, por supuesto en bicicleta, aunque ya no la cambian tan a menudo.

Los datos se refieren a la venta por cauces legales, no tienen en cuenta los intercambios que se producen entre particulares o en mercadillos informales, donde muchas veces acaban las bicicletas robadas. De hecho, las tiendas sólo conservan el 67% por ciento de las ventas controladas, el 37% restante se mueve por internet.

Normalmente, los holandeses se jactan de comprar bicicletas de buena calidad y aunque los modelos más comunes son las clásicas bicicletas grandes y pesadas, los prefieren por su duración y resistencia. Teniendo en cuenta que es un país prácticamente plano, el peso no es un inconveniente esencial.

Pero, de todos modos, a los holandeses no les importa gastar dinero en el vehículo más utilizado en el país. Aunque también ha bajado con la crisis, el precio medio de las bicis es de 954 euros.

La novedad este año es que ha habido un aumento muy significativo de ventas de bicicletas eléctricas, a pesar de que cuestan el doble (1800 euros de media). El año pasado se vendieron 171.000 bicicletas eléctricas, un 1,3% más que el año pasado, lo que confirma una tendencia presente en todas las ciudades de Europa en favor de estos vehículos dotados de un pequeño motor.

Los turistas que pasen por Amsterdam en primavera, también verán muchas bicicletas en el fondo de los canales. Casi siempre se trata de un efecto secundario de los ataques de euforia que sufren los holandeses con la llegada del buen tiempo, o, más concretamente, de las fiestas de día de la reina, el 30 de abril, cuando los efectos de la cerveza y el buen tiempo tienen un efecto devastador sobre los vehículos de 2 ruedas. Debido al proverbial sentido del ahorro de los holandeses, es posible que este año también descienda el número de bicicletas que son arrojadas al agua.