Imputados por violación en grupo y asesinato los asaltantes de la joven india

Cinco de los acusados han sido imputados por violación, asesinato, intento de asesinato, secuestro y destrucción de pruebas. Una lista de delitos que podría acarrear la pena de muerte, que rara vez se aplica en el país asiático. El sexto sospechoso será juzgado en un tribunal de menores al no alcanzar la mayoría de edad. Ningún abogado ha querido representar a los sospechosos.

La noche del pasado 16 de diciembre, la estudiante de fisioterapia regresaba junto con su prometido de ver la película «La vida de Pi» en un centro comercial. Subieron a un autobús escolar. En su interior seis hombres borrachos apalearon a la pareja. Violaron a Amanat -como ha sido bautizada por la prensa local ya que en la India las víctimas de violación se mantienen anónimas- durante una hora mientras recorrían la ciudad. Le introdujeron una barra de metal en la vagina. Después arrojaron a la pareja del autobús en marcha, abandonados en una cuneta desnudos. La joven fue ingresada en un hospital con una grave lesión cerebral, un paro cardíaco y los pulmones y el abdomen infectados. Le fueron extraídos los intestinos.

Los acusados, que proceden de un barrio de chabolas, han admitido los hechos y afirmaron a la policía que querían «para enseñarle una lección» a la joven. Una afirmación que pone de manifiesto la tensión entre la India de una clase media que se moderniza y otra india todavía patriarcal y misógina, incómoda con mujeres que trabajan, salen de fiesta y visten de forma occidental.

Amanat falleció en Singapur -donde fue trasladada- el pasado 29 de diciembre.

El caso de Amanat ha provocado protestas sin precedentes contra la violencia hacia la mujer en la India. Los manifestantes piden que se cambien las leyes contra las agresiones sexuales, que se mejore la protección de la policía y una campaña para que cambie la visión patriarcal y misógina de la sociedad india hacia la mujer. En este país que una mujer mire a los ojos a un hombre se puede interpretar como una invitación sexual. Los tocamientos en la calle y transporte públicos son la norma. Nunca antes se había debatido tanto en la India la situación de la mujer.

El Gobierno respondió a las protestas con barricadas alrededor del Parlamento, mangueras de agua y palos. El primer ministro tardó ocho días en hacer una declaración.

Pero la rapidez del juicio contra los acusados de violar y asesinar a Amanat es consecuencia de estas protestas. El Gobierno estableció ayer vías rápidas para los juicios por violación. En estos momentos 100.000 casos por agresiones sexuales languidecen en los tribunales indios. De 635 denuncias que llevaron a 745 arrestos en Nueva Delhi en 2012, solo se produjo una condena.

Un año antes se denunciaron 24.206 violaciones en la India. Solo en un cuarto de las denuncias que llegaron a los tribunales en 2011 acaban en condenas. Los expertos calculan que solo se denuncian el 10% de las violaciones en el país asiático. En ocasiones la víctima es invitada a casarse con el violador para preservar el honor de la familia.

En el estado de Assam, en el noreste del país, un político del Gobernante Partido del Congreso ha sido arrestado acusado de violación. Además, el Tribunal Supremo podría prohibir que los políticos acusados de agresiones sexuales ejerzan cargos públicos. En la actualidad, 44 políticos, tanto nacionales como locales, se enfrentan a denuncias por algún tipo de agresión sexual.

«Ella es la única que ha sido sacrificada», afirmó el padre de la joven. Quizás su tragedia ayude a cambiar la situación de la mujer en la India.