La República y los héroes de España: el olvidado homenaje en Guipúzcoa a Elcano en 1931

Así lo demuestra el que, el 11 de agosto de 1931 , con la Segunda República recién proclamada , el municipio español de Guetaria (en Guipúzcoa) celebrara con una llamativa cabalgata el regreso de Juan Sebastián Elcano a la Península tras concluir la Primera Circunnavegación al Mundo . Una gesta acometida junto a Fernando de Magallanes entre 1519 y 1521 y que, a la postre, permitió demostrar de manera empírica la esfericidad de nuestro planeta.

La curiosa festividad fue tan llamativa que el diario ABC la llevó hasta su portada apenas una jornada después, el 12 de agosto de ese mismo año, bajo un sencillo pero descriptivo titular: «Guetaria (Guipuzcoa). Las fiestas de Elcano».

En la instantánea, publicada a toda página, miles de lectores pudieron apreciar la carroza en la que, flanqueado por dos paisanos ataviados como nativos americanos, sentaba sus reales el « insigne navegante » español « acertadamente representado ». No es para menos ya que, como es de sobra conocido, fue esta región la que vio nacer al marino vasco en el año 1476 .

En el interior del periódico, la información se complementaba con tres instantáneas más de las celebraciones. En la primera fotografía, la más considerable en tamaño, se mostraba al «grupo alegórico representativo de Elcano y los dieciocho navegantes que, con él, dieron la vuelta al mundo». Es decir, los escasos supervivientes que lograron arribar de nuevo a la Península a lomos de la nao Victoria después de que la expedición, formada en su momento por 239 hombres y 5 bajeles , superara todo tipo de vicisitudes para volver de las islas Molucas.

Las dos imágenes restantes inmortalizaban, respectivamente, el monumento erigido al navegante en su ciudad natal y un grupo de «señoritas que representaron las cinco partes del mundo en la procesión».

Con todo, esta cabalgata no fue el único homenaje que se dio al insigne marino durante este período. El Banco de España encargó, el 25 de abril de 1931 (tan solo 11 días después de que se proclamara la Segunda República) la impresión de un billete de 500 pesetas dedicado a Juan Sebastián Elcano . La casa Wilkinson and Company (responsable de llevar a cabo este proyecto) ubicó en el anverso la efigie del navegante y, en el reverso, un cuadro que recreaba su llegada a Sevilla el 6 de septiembre de 1522 .

La historia de Juan Sebastián Elcano está ligada de forma irremediable a Guetaria. Tal y como explica el doctor en Historia Manuel Lucena Giraldo en la biografía del marino escrita para la Real Academia de la Historia , es sabido que el navegante nació en este municipio de Guiopúzcoa.

«Fue bautizado probablemente en la iglesia de San Salvador de Guetaria , por la que sintió siempre gran cariño, ya que albergaba los restos de sus antepasados, donde seguramente le habría gustado ser enterrado», explica el experto en su documentada investigación. Tal cariño sentía Elcano hacia Guetaria y hacia esta iglesia en concreto, que en su testamento solicitó que sus exequias se celebrasen en ella:

«Que me hagan mis aniversarios y exequias en la iglesia de San Salvador, según a persona de mi estado en la huesa donde están enterrados mi señor padre y mis antepasados».

Por entonces, y según narra Lucena, la región vivía del mar y hasta su puerto solían arribar decenas de marinos que huían de los molestos temporales que les acosaban en el Cantábrico. Casi parecía, por tanto, que el pequeño Juan Sebastián estaba destinado a pasar su vida en el agua salada.

En la actualidad no queda, sin embargo, vestigio alguno de la casa natal de Elcano en Guetaria. Aunque las últimas investigaciones históricas han confirmado que el marino nació en lo que, a día de hoy, es un solar ubicado al sur de la urbe. «En cuanto al solar donde nació Elcano, estaba situado encima de un acantilado, sobre un farallón azotado por el mar. La casa existió hasta el incendio de 1836, producido cuando la villa fue asaltada por las tropas carlistas , tras un cerco prolongado», desvela Lucena.

En este emplazamiento se puede ver, en la actualidad, una placa que rememora su determinante aportación a la historia de la humanidad. Una contribución que reconoció, como bien demostró AHC hace hoy más de siete décadas, la Segunda República.