Los ovnis que estremecieron a la España del siglo XIX: de Carlos IV a Alfonso XIII
Ahora que el Gobierno de Estados Unidos va publicar su informe sobre avistamientos de objetos voladores no identificados, algunos medios españoles han recogido estos días los fenómenos más importantes de este tipo en los últimos años, pero aquí les traemos los que la prensa recogió desde 1800
Todo el mundo parece estar a la espera de que el Gobierno estadounidense haga público el informe sobre una serie de avistamientos de objetos voladores no identificados (ovnis) . Así se comprometió el año pasado el anterior presidente, Donald Trump, tras la petición del Congreso. ... La fecha límite se cumple el 25 de junio, pero algunos medios de comunicación, como ‘The New York Times’, ya llevan días filtrando los detalles del mismo, en el que se incluyen casos como el vivido por la teniente Alex Dietrich , a quien ABC entrevistó recientemente en Annapolis , cerca de Washington.
El 14 de noviembre de 2004, esta piloto de la Armada estadounidense estaba participando en unos ejercicios de vuelo junto a otros tres compañeros. Volaban repartidos en dos cazas Boeing F/A-18 Super Hornet sobre el Pacífico, a 160 kilómetros al oeste de San Diego, en California, cuando recibieron el siguiente mensaje desde el crucero lanzamisiles USS Princeton: «¡Atención, múltiples vehículos aéreos anómalos!». Los pilotos vieron entonces a varios objetos voladores extraños desplomándose 24.000 metros en apenas un segundo y subir rápidamente después, en una maniobra a todas luces imposible. Al acercarse, según relataron, describieron los objetos como «del tamaño de un Boeing 737» y de color blanco, que se movían sin una trayectoria predecible, sin alas, ni turbinas, ni hélices, ni nada que se le pareciera.
Episodios como este han generado no pocos titulares en las últimas décadas, sin que jamás se haya encontrado una explicación lógica sobre ellos. Ahora, a raíz de la inminente publicación del ‘informe ovni’, varios medios de comunicación se han encargado de recordar los avistamientos más importantes y misteriosos de la historia de España, como el mítico expediente 620806 de la base aérea de San Javier, en Murcia, el 6 de agosto de 1962. Un oficial de vuelo observó un «potente lucero sobre el Monte Cabezo a 500 metros de altura» que, ese mismo mes, fue visto otras dos veces más. El Ministerio de Defensa lo ha considerado hasta el día de hoy como un objeto «no explicable».
De 1947 a 1968
En 1947 se produjo otro caso recogido por el periódico ‘Albacete’, que informó de un avistamiento presenciado por un grupo de vecinos de la comarca manchega de Balazote. Según describieron, se trataba de una especie de «platillo volante, parecido a un sombrero hongo», que había atravesado varias localidades sobre las 19.00 horas del 24 de junio con un «vuelo lento y silencioso». En septiembre de 1968, ABC contaba que, en el centro de Madrid , «un objeto de forma campaniforme y sin movimiento aparente fue observado durante dos horas por miles de personas». En este caso, el ingenio tenía forma de globo y flotaba a gran altura, inmóvil e iluminado, antes de desaparecer por la Casa de Campo sin dejar rastro. Fue tal el asombro entre los conductores que se formó un gigantesco atasco en la Gran Vía.
Sin embargo, cuando se recuerdan estos y otros casos, los medios de comunicación tendemos a olvidarnos de aquellos que fueron recogidos por la prensa antes, incluso, de que H. G. Wells emitiera por la radio, en 1938, su famoso programa de ‘La guerra de los mundos’, con el que hizo creer a los estadounidenses que los alienígenas estaban invadiendo la Tierra. Una jornada histórica con la que los diarios hicieron un gran negocio al lanzar sus ediciones especiales a toda velocidad. Después de eso, el vocablo ‘ovni’ se extendió por todo el mundo como una especie de doctrina que defiende que estamos siendo vigilados y visitados por seres de otros planetas.
Pero, ¿cómo fueron esos avistamientos cuando a los ‘ovnis’ se llamaba ‘bólidos’, ‘meteoritos’, ‘meteoros’ o ‘seres alados celestes’? Algunos de ellos fueron recogidos por manuales como ‘Encuentros. La historia de los O.V.N.I. en España’ (EDAF, 2003), del divulgador Iker Jiménez, o en artículos como ‘Los ovnis de nuestros antepasados’ , publicado por la revista ‘Aeroplano’ en 1991. Este último relataba el que podía ser el primer fenómeno de este tipo hecho público por la prensa, ocurrido en Quintana del Pidio (Burgos), el 11 de junio de 1800, cuando «se presentó un nublado de tan extraño y horroroso aspecto, que el párroco y los capellanes se reunieron en la iglesia con el vecindario para conjurarlo», contaba la crónica de la época.
Según los testigos, era una especie de nube que lanzaba humo y una gran llamarada de fuego que quemó muchas huertas, derribó tapias, destrozó cuatro mil cántaras de vino y arrojó al suelo a un muchacho con su azadón a varios metros de distancia. «Todo ello podría interpretarse como fenómeno físico o meteorológico, si no fuese porque el cura desechó esa hipótesis, asegurando que la nube desprendió un gas nocivo y que el ganado no quiso comer hierba en todo el trayecto de la manga de fuego», añadía el ‘Aeroplano’, donde podía leerse que las causas nunca fueron aclaradas.
Campo de Criptana, 1826
El 6 de marzo de 1826, no mucho después de que las tropas de Napoleón hubieran sido expulsadas de España, el ‘Diario de Cádiz’ informaba del avistamiento en Campo de Criptana , Ciudad Real, de una resplandeciente «tinaja puesta boca abajo que descendía con una ráfaga de humo considerable». El ‘Diario balear’ se hacía eco del mismo avistamiento con las siguientes palabras: «En dicho día se dejó ver en el aire un globo de fuego de una magnitud extraordinaria, de forma piramidal, descendiendo hacia la tierra con un movimiento oblicuo. En su caída dejó una ráfaga o una cola de humo bastante grande, que percibieron muy bien quienes lo observaron desde el campo. Su luz era tan resplandeciente, que deslumbró a todos los que lo vieron acercarse al suelo, aunque no pudieron ver si llegó a él o se desvaneció antes».
El 16 de mayo de 1851, los vecinos de la localidad madrileña de Villaviciosa de Odón observaron en el cielo una cruz luminosa delante de la luna, que desapareció tras varios minutos de resplandor. El incidente también fue recogido en documentos de la época, sin que en aquel momento se le diera una explicación. De acuerdo a las crónicas que recogieron el episodio, es probable que se tratara de un halo lunar. «En unos minutos, la cruz desapareció como si se disolviera en la noche. El incidente fue comentado años después en diversos tratados históricos, debido al gran número de testigos que vieron la evolución del ovni y la curiosidad que suscitó», aseguraba Jiménez en su libro.
Así recogía el mismo episodio el conde de Clonard en 1851, que fue publicado tal cual, años después, por la revista ‘Contactos Extraterrestres’: «Era una cruz con su peana perfectamente recortada sin ninguna rebaba, de color blanco abrillantado, que se descubrió sobre un cielo completamente limpio y estrellado, cuando la luna estaba colocada detrás, en el centro del crucero de los palos».
Córdoba, 1870
Tras varios años sin noticias de avistamientos, en febrero de 1870, el ' Diario de Córdoba ' publicaba la siguiente noticia: «Serían las ocho próximamente cuando en medio de las nubes más densas comenzó a iluminarse la atmósfera, aumentando al propio tiempo la intensidad de la luz. El sol rojizo siniestro que presentaba fue causa de que algunos lo considerasen un espejismo producido por la reflexión de un vasto incendio en las cercanías de la ciudad, pero era una versión infundada por las circunstancias que lo acompañaron. A las nueve desapareció por completo para reaparecer de nuevo a las diez, pero con mucha viveza y finalizando a corto plazo».
Buceando en las hemerotecas, se pueden encontrar otros fenómenos similares a comienzos del siglo XX, como los observados en París, Túnez o Londres. «Ha sido visto un bólido en el horizonte de la ciudad francesa de La Rochelle, cuyo diámetro aparente era mayor que el de la tierra», podía leerse, por ejemplo, en otra noticia de 1905. El dilema, sin embargo, ha estado siempre presente en otras fuentes más antiguas . De hecho, desde hace algunos años se cree que los extraterrestres construyeron grandes monumentos funerarios como las pirámides de Egipto o los moáis de la Isla de Pascua. Es la 'hipótesis de los antiguos astronautas', que sostiene que los humanos somos descendientes de seres de otros planetas que nos visitaron en la Antigüedad. Eso explicaría, según ellos, que ciertos relatos religiosos hablen de «seres venidos del cielo», pero lo cierto es que la creencia de la existencia de alienígenas evolucionó mucho hasta que la prensa española empezó a publicar estos avistamientos.