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ABC Cultural

El falso desastre del 98: una crisis magnificada que dio forma a la historia de España en el siglo XX

Estudios históricos recientes ponen en tela de juicio las consecuencias de un desastre que, en realidad, aceleró la modernización del país y se saldó sin grandes dimisiones o revueltas sociales

Fotografía del acorazado de la marina de los Estados Unidos, Maine, tras la explosión que lo hundió la mañana del 15 de febrero de 1898.
César Cervera

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La mañana del 3 de julio de 1898, antes de intentar romper el bloqueo sobre Santiago de Cuba , el almirante Pascual Cervera y Topete se dirigió a sus hombres evocando las grandes glorias imperiales: «El enemigo nos aventaja en fuerza pero no ... nos iguala en valor. ¡Clavad la bandera y ni un solo navío prisionero!». El coraje sirvió de poco a una flota que, en inferioridad numérica y tecnológica, se estrelló contra la escuadra estadounidense con un resultado de 343 muertos, casi dos mil prisioneros y seis barcos embarrancados o hundidos. Más allá de arengas, Cervera y Topete se había confesado con su hermano en privado: «Vamos a un sacrificio tan estéril como inútil».

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