Langostinos con crema de calabaza y vinagreta de tomate

La crema de calabaza: Pela la calabaza, trocéala y cuécela en una cazuela con agua y una pizca de sal. Una vez la calabaza esté bien tierna, escúrrela y tritúrala con la nuez de mantequilla hasta conseguir una crema bien fina, la cual reservaremos caliente.El tomate lo cortaremos en daditos pequeños, los cuales aliñaremos con aceite de oliva virgen, unas gotitas de vinagre de Jerez y una pizca de sal.Lava el calabacín y la cebolleta y córtalos en rodajas, que marcaremos en una plancha o sartén antiadherente con unas gotas de aceite de oliva hasta que queden bien dorados por ambas caras.Los langostinos los pelaremos y saltearemos en una sartén antiadherente con unas gotas de aceite de oliva hasta que doren y queden bien jugosos.Emplata las rodajas de calabacín y dispón sobre éstas los langostinos salteados.Acompaña con un poco de crema de calabaza y salsea los langostinos con la vinagreta de tomate.Por último, espolvorea el plato con perejil fresco picado.

Si quieres que la crema de calabaza resulte aún más fina, pásala por un colador una vez la hayas triturado.

El langostino se caracteriza por su saludable valor nutricional, ya que no aporta demasiadas calorías, es muy rico en proteínas y contiene poca grasa. La única desventaja que presenta su consumo es su moderado contenido en colesterol, algo que deberán tener en cuenta todas aquellas personas que padezcan displemias y problemas coronarios.Por su parte, la calabaza contiene hidratos de carbono y fibra, lo cual nos va a ayudar a regular el tránsito intestinal. El color anaranjado de esta cucurbitácea se lo confiere el betacaroteno, sustancia que, además de favorecer el cuidado de nuestra piel y nuestra vista, ejerce una acción antioxidante. Otra propiedad de la calabaza es la de protectora de la mucosa del estómago, lo que la hace muy recomendable para aquellas personas que sufren de acidez, mala digestión, gastritis o úlcera.