Yulia Navalnaya, «la primera dama de la oposición»: así es la fiel y valiente viuda de Alexéi Navalni
Economista y madre de los dos hijos del opositor fallecido, fue un fiel apoyo de Navalni hasta el final
Muere Alexéi Navalni en prisión
DIRECTO | Reacciones y última hora al fallecimiento del opositor ruso
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónLa muerte del opositor ruso Alexéi Navalni este viernes ha devuelto a palestra informativa a su ya viuda, Yulia Navalnaya, de 47 años. La fiel esposa del gran rival del presidente ruso, Vladimir Putin, escala un grado más en la dura vida de ... apoyo a su esposo. Todavía no se ha pronunciado sobre la muerte de Alexéi.
El día en que fue condenado, en 2020, Yulia vestía una blusa roja, que ahora se ha convertido en un icono de protesta. Había sido multada con 220 euros por participar en una manifestación en Moscú pidiendo la liberación de su marido.
Muchos la llamaron entonces «la primera dama de la oposición» y esperaban que, en ausencia de su marido, tomara el testigo político. Si algo había demostrado todo este tiempo es que es una mujer fuerte: «Yo soy la esposa. Si me derrumbo, todos los demás se derrumbarán a su vez».
MÁS INFORMACIÓN
Para la memoria quedó el corazón que Alexéi le dibujó a lo lejos con las manos en el juzgado para despedirse: «¡No estés triste, todo estará bien!», le gritó.
Todo empezó en una playa turca
Ambos se conocieron en una playa de Turquía cuando tenían 22 años. Alexéi se convirtió en su guía de vida: «Es fuerte, decidido, sabio y decente e increíblemente valiente», expresaba la activista en Instagram. «Me casaré con un hombre valiente, que es acosado pero nunca se rinde».
Yulia nació en Moscú y es hija de un científico y una empleada del Ministerio de Bienes de Consumo. Estudió Relaciones Internacionales en la Universidad de Economía de Plekhanov y trabajó en un banco antes de que naciera su primera hija, la veinteañera Daria, que estudia en Estados Unidos. Luego llegó el segundo hijo, el adolescente Zahar. Y aunque Yulia intentó trabajar en algún negocio familiar, tuvo que abandonarlo todo para dedicarse exclusivamente a su familia.
La historia moderna nos está dejando muchas mujeres activistas que se convierten en protagonistas de la causa cuando sus maridos son detenidos o silenciados. Ellas toman el testigo. A ella le ocurrió cuando su marido fue envenenado mientras regresaba a Moscú desde Siberia en verano. Yulia escribió a Putin exigiéndole que permitiera a Navalni abandonar el país porque estaba en peligro. Lo hizo sospechando que Putin estaba detrás del atentado. El presidente aceptó, y la pareja -con él en un coma inducido- voló a Berlín. «Yulia, me salvaste», le agradeció con una declaración de amor en redes.
Bulos sexuales y ataques sexistas contra ellas
Poco después de aquello, el oficialismo saco la artillería contra ella: se publicaron imágenes acompañadas de bulos que aseguraban que fue actriz porno. También hubo ataques sexistas, acusándola de ser una esposa autoritaria.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete