Unos mechones de pelo: el tétrico recuerdo que Harry y Guillermo recibieron tras la muerte de su madre

En uno de los capítulos el duque de Sussex recuerda como su padre, el ahora rey Carlos III, lo sentó en la cama y comenzó a explicarle que su madre había sufrido un grave accidente de coche que le había costado la vida. Tras recibir la noticia que Diana había perdido la vida: «recuerdo con asombrosa claridad que no lloré. Ni una lágrima. Mi padre no me abrazó».

Harry narra cómo vivió los días posteriores a la muerte de su madre y cómo luchó consigo mismo para aceptar la verdad de la situación. A pesar de que le contaron lo que había sucedido, reconoce haberse dicho a sí mismo que Lady Di solo estaba «escondida» y que no estaba realmente muerta, una teoría a la que recurría a menudo en busca de consuelo.

Tanto a él como a William se les prohibió ver la televisión para protegerles de las noticias sobre la muerte de su madre. De lo que sí se enteró por la prensa es que su madre llevaba las manos cruzadas sobre el pecho en el ataúd y entre ellas, una foto suya y de Guillermo. Dice Harry «posiblemente los dos únicos hombres que la quisieron de verdad».

Su padre y las hermanas de Diana viajaron a Francia para identificar el cuerpo. Describe como después se reunieron todos en Londres. Cuando llegaron su tía Sarah, ahora Lady Sarah McCorquodale, les entregó a cada hermano una pequeña caja azul que contenía un mechón del cabello rubio de Diana. Harry reconoce que no creía que el cabello perteneciera a su madre y siguió pensando que era de otra persona para no tener que aceptar que su madre había muerto.