La gran historia de amor, glamour y juergas de Luis Ortiz y Gunilla von Bismarck: «Me gustó nada más verlo. Cómo se movía, esos ojos de Bambi»

Luis Ortiz provenía de una familia con una notable historia. Era uno de los once hijos de Francisco Ortiz, el censor que el régimen de Franco puso al frente de TVE entre 1942 y 1984. Francisco Ortiz fue conocido por su mano dura en la televisión: prohibió a María Jiménez contonearse, obligó a Rocío Jurado a cubrir su escote con un pañuelo y vetó a Laura Valenzuela por pronunciar la palabra «bolero». Por su parte, Gunilla von Bismarck era bisnieta del 'Canciller de Hierro', Otto von Bismarck, artífice de la reunificación de Alemania.

La relación entre Luis y Gunilla se consolidó rápidamente. Comenzaron a salir en 1972, y su noviazgo estuvo lleno de fiestas y glamour. Finalmente, decidieron casarse el 7 de octubre de 1978 en el castillo de Friedrichsruh en Hamburgo, propiedad de los Bismarck. Fue una boda de cuento de hadas, con 120 invitados, entre los que destacaban los Reyes de Suecia, Silvia y Carlos XVI Gustavo, amigos cercanos de Gunilla. Desde España, asistieron personalidades como Carlos Goyanes y Cari Lapique.

El matrimonio entre Luis y Gunilla fue un tándem perfecto, marcado por la diversión y la vida social. Les encantaba la juerga, y Luis, desde principios de los setenta, formaba parte de 'Los Chorys', un grupo que animaba las noches de Marbella. A pesar de su fama de fiesteros, Gunilla nunca bebía alcohol, mientras que Luis «bebió por toda la familia», como ella bromeaba. La relación no estuvo exenta de altibajos. Luis relató en una ocasión que Gunilla le había puesto las maletas en el pasillo más de una vez, aunque siempre lo perdonaba.

El momento cumbre del matrimonio llegó con el nacimiento de su único hijo, Francisco, el 1 de mayo de 1980. Durante su infancia y adolescencia, Francisco solía aparecer en la prensa del corazón junto a sus padres, pero, con el tiempo, se fue apartando del foco mediático. Tras graduarse en prestigiosos colegios y universidades, Francisco cofundó Tuenti, una de las redes sociales más importantes de España en su momento. En 2010, se casó con Elisabet Dutú, heredera de una gran fortuna aragonesa, y la pareja tiene dos hijos. «Mis hijos le dan la vida al yayo Luis. A veces se enfada por las palizas que le dan en el parchís y cuando le dan jaque mate en el ajedrez», reconocía Francisco a ABC días antes de morir su padre.

Sin embargo, a pesar de los momentos felices, no todo fue un camino de rosas. Luis detestaba abandonar Marbella para seguir la ajetreada vida de la jet set internacional de Gunilla, lo que llevó a más de una discusión. Las diferencias entre ellos se hicieron cada vez más evidentes, y, finalmente, anunciaron su divorcio en 1989 en la revista ¡Hola!. A pesar de la separación, Luis y su hijo se mudaron a una casa cercana a la de Gunilla para que pudieran verse a diario. Volvieron a reunirse al año siguiente y, desde entonces, nunca se separaron. Si es que alguna vez lo hicieron realmente.

La última salida de Luis Ortiz, fue solo un par de meses en el 70 Aniversario de Marbella Club, allí le vimos en su silla de ruedas y suscribía a este medio, que, tenía unas ganas tremendas de vivir: «Como podéis ver, yo estoy mejor que nunca. Hasta creo que este año me vais a ver bailar como en los viejos tiempos. Es que vamos… yo estoy tan bien, que mejor imposible. Por eso salgo a veces, jajá, para que me hagáis una foto, para que la gente me vea y no piensen que estoy muerto como muchos han creído». Y es que el 'bon vivant' de los Bismarck, ha sido el emblema de la filosofía de esta estirpe que ha heredado el legado de la Marbella dorada.