El abogado de Rafael Amargo: «Hace unas semanas buscaron un cadáver en su casa»

Sobre los cambios de domicilio de Amargo aclara que este vendió su casa tras la pandemia por la crisis y que adquirió otra de la que avanzó una cantidad importante de los beneficios obtenidos de la venta. «El segundo pago que tenía que hacer no llega a tiempo porque lo invirtió todo en una producción de teatro y no lo podía pagar. A partir de ese momento empiezan a pasar cosas extrañas, había gente en el portal de la calle Espíritu Santo que da a una plaza donde trapichea todo el mundo. Quieren criminalizar el hecho de que él viva allí cuando ahí el trapicheo de droga lleva toda la vida».

El último episodio en palabras del letrado es extraordinario: «Vino la policía y dijo que tenía un cadáver en su casa. Esto se denunció, llegaron cuatro coches, se grabó en vídeo. Rafa les dejó entrar, registraron la casa y al no haber ningún cadáver pidieron disculpas. Y dicen 'presente usted denuncia contra la persona que nos ha dicho esto'. La presentamos y la archivaron automáticamente».

Sobre los testimonios de los clientes, Caballero es escéptico ya que considera que «cuando coges a una persona enferma que esta enganchada a la droga te dice lo que quieres que te diga. Que mi cliente consume, lo sé. Que ha estado en tratamiento, también. Que le hemos llevado al hospital y a varias clínicas y que el juzgado le ha hecho un informe que tiene adicción a la metaanfetamina, es obvio. Que tiene que comprar para consumir, también. De ahí a que se haya magnificado de esta manera, tengo muchas dudas».

«Primero no entiendo porque la investigación la lleva una comisaria que no es competente, en aquel momento la de la calle Leganitos. Esto se pasa a los grupos de la central que son los que llevan estos casos. Esos policías, que no tienen comisaría porque están desplazados en la de Retiro porque la suya esta en obras, se toman las molestias y se desplazan hasta Alicante detrás de él. Me parece todo muy extraño», argumenta.

Sobre la acusación de atentado a la autoridad «me han contado lo que sucedió en la estación del AVE. Hay una grabación que me van a enviar y quiero verla antes de mojarme. Pero si es como me han contado no es un delito provocado, para ser atentado tiene que haber una intencionalidad de alcanzar un daño grave a un agente». Confirma que junto al bailarín, en Alicante, hay una persona de su bufete y que él está en contacto directo con la mujer de este. «Esta muy nervioso, muy mal porque no se esperaba esto. Después de lo que ha pasado y dos años de calvario y, sobre todo, lo que más le duele a él, no poder trabajar. Esto ha sido ya la puntilla».

No se atreve a vaticinar que ocurrirá hoy ante el juez pero cree que «si le mandan a prisión sería un escándalo porque en condiciones normales, con gente reincidente que se dedica al menudeo, al trapicheo, jamás se les manda a prisión. Espero que no nos hagan un Pantoja porque sería terrible», avanza.