Suscribete a
ABC Premium

Rosa López, entre la gloria y el susto

Se encumbró como guapaza popular de portada, sin dar un escándalo, y siempre bajo la noticia de ganar un concurso de cante o baile y, de paso, de ganar la pelea de bajar unos kilos, que en ella eso fue notición a menudo

Rosa López ABC
Ángel Antonio Herrera

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Lunes

Rosa López se hace noticia porque Jordi Évole la ha sacado a pasear el pasado. O sea, a dar una vuelta por ‘OT’, donde Rosa ganó derrotada por dentro. A mí Rosa López me moló siempre. Por gordita, en su día, ... y después porque no lo está. Eso, entre otros motivos. Rosa es un ejemplo de superación, pero no solo en la afinación larga de su lámina, sino en las variedades de lo profesional. Siempre supimos que cantaba, y luego se metió en coreografías de la tele, y de tanto darle al chachachá acabó con el diploma de bailona de ‘prime time’, al lado de Igartiburu . Al paso de todo, se iba logrando una figura de ajustada estampa. Siempre tuvo la fe en su voz de relámpago, pero también el miedo al susto de la báscula. Le sobraba repertorio, pero le faltaba poder ponerse un bikini, alegremente, para las fotos. Se encumbró como guapaza popular de portada, sin dar un escándalo, y siempre bajo la noticia de ganar un concurso de cante o baile y, de paso, de ganar la pelea de bajar unos kilos, que en ella eso fue notición a menudo. Por eso es hoy también noticia, desde el programa de Évole. La conocimos de niña más bien llorona, cuando salió campeona. Era algo así como una joven Pantoja , pero en versión virgen y casi mártir. Ya no es una gordita de la tele, sino una chavala de cromo que yo no sé cómo no tiene tres o cuatro novios en curso, y no uno, o ninguno, según las crónicas. Hay que celebrar a Rosa, por lo que tiene de vedetona simpática, y porque Chenoa se resuelve previsible. Rosa tiene bastante de moza de cántaro que se metió en las ‘varietés’ para sufrir mucho. Está entre la gloria y el susto, según el día. Más allá de penas varias, se ha ido sosteniendo famosa, entre la miss de pueblo y una Beyoncé del Generalife . Canta como quiere, canta como una soprano de feria. Tiene más títulos de concurso de talento que novios conocidos, porque a mí me salen dos, o tres, o por ahí, como mucho. Y mira que ha ido molando Rosa. Por artista, por humilde, por maciza. Porque sí. Cuando todo le iba a tope, tuvo que pedir una baja por amor a ella misma. Se le ve siempre el talento íntegro, una bonhomía más propia de amante antigua que de musa pop.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia