Mila Ximénez, una colaboradora rápida y mordaz

En el test de inteligencia que ‘Sálvame’ preparó en 2018 para humillar a sus colaboradores, Mila Ximénez obtuvo un resultado digno de una superdotada, con un cociente intelectual de 131. Claro que, en la misma prueba, la periodista fue superada por Aramís Fuster. A Mila se la bufaba, con perdón. Era una mujer inteligente que supo sacarle partido a su rapidez de reflejos y a su falta de piedad en cualquier debate dialéctico ante las cámaras. Poseía el don de dar donde más duele, a la primera, con un gancho certero que dejaba K.O. a sus adversarios, ya fuera en ‘Crónicas marcianas’ o en un ‘Deluxe’. Y lo hacía dejándose la piel. También es cierto que había aprendido arteras artimañas a la sombra -engañada o por necesidad- de gente como Encarna Sánchez o Emilio Rodríguez Menéndez , de cuyas sórdidas trampas escapó tocada, pero con vida.

Era una de las colaboradoras estrella de ’Sálvame’, miembro destacado del ‘lado oscuro’ junto a Kiko Matamoros y Kiko Hernández, archienemiga de Lydia Lozano y mejor amiga/mejor enemiga de Terelu Campos , con quien protagonizó un encontronazo mítico por culpa de Carmen Borrego: «¡Estoy harta de ser mala!», gritaba Mila mientras Terelu se iba del plató llorando y arrancándose el micrófono. No es que Mila fuera mala, es que la habían contratado así.

Ya bajo las órdenes de Xavier Sardá en ‘Crónicas marcianas’, Mila pudo ver cómo Antonio David Flores sembraba para ella su propia semilla del mal, que florecería años después en la casa de ‘GH VIP 7’. Ambos protagonizaron sonados rifirrafes en los que se dijeron de todo. Pero Mila, rápida y mortal, a veces se pasaba de frenada: una noche se le escapó un ‘hijo de puta’ que dejó helado al presentador y director: «¡Estoy hasta los cojones de este lenguaje! Si tú te crees que se te paga para que tu razonamiento consista en insultar a alguien, estás muy equivocada».

Como carne de cañón de la tropa de ’Sálvame’, Mila entró al trapo de todas las estrategias de guerra del ‘neo-reality’: polígrafos, cirugía de cara (¡Más de 400 puntos!), abandono temporal, regreso triunfal… Todo por el programa, entregada a cada polémica como si su vida dependiera de ello. Lo hacía con la misma pasión que su amigo Jorge Javier Vázquez . No fue tan apasionada ni dio tanto juego en ‘Supervivientes’, superada posiblemente por la dureza de las condiciones del ‘reality’ en Honduras.

Si su lengua era afilada, también lo sería su prosa, debió pensar con acierto Luis Pliego, que la fichó para las grandes entrevistas de la revista ‘Lecturas’. En noviembre del año pasado, una portada con Kiko Rivera provocó un terremoto en Cantora, al revelar el DJ que su madre le engañó y le hizo perder una fortuna. Aquella exclusiva se convertiría en todo un serial millonario en Tele 5.

Además, Luis Pliego le ofreció un blog, ‘En el punto de Mila’, en el que desquitarse semanalmente y donde la periodista ha confesado su dolor, su soledad y sus miedos estos últimos meses. Escribiendo sobre la muerte de Álex Lequio , Mila confesaba: «Detesto las despedidas y me resisto a ésta». Podría servir también para su propio epitafio.