Aaron Guerrero: «Tras un año sin ofertas televisivas, decidí abrir mi primer restaurante»
Con 35 años tiene siete restaurantes en Madrid y acaba de lanzar un vino. Está casado y tiene un hijo de cuatro años, al que quiere darle un hermanito
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Iniciar sesiónFue lo que se llama un niño prodigio tras su paso por 'Médico de familia' o 'Ana y los siete' y hoy es un hombre afortunado que ha sabido sacar lo mejor de aquellas experiencias para triunfar en el mundo de los negocios. El inolvidable ... Chechu recuerda con nostalgia esa infancia entre focos y libros de texto pero hoy su energía está volcada en sacar adelante sus restaurantes y la bodega que acaba de lanzar.
—¿Cómo pasó de ser el divertido Chechu de aquella serie mítica que resultó 'Médico de familia' al empresario Aaron que hoy está al frente de una cadena de restaurantes?
—Hubo un cambio radical en mi vida tras pasar doce años en el mundo de la interpretación. Mi primera incursión fue en la serie 'Canguros' y después pasé cinco años en 'Médico de familia' y otros tantos en 'Ana y los siete'. Fue más de una década en el mundo de la televisión pero mi objetivo era cambiar y por eso tenía en mente abrir mi propio restaurante. Con 22 años, tras terminar la serie con Ana Obregón, pasó más de un año sin que realmente surgiera ninguna oferta atractiva para otro rodaje. Yo me había preparado en interpretación y sobre todo en doblaje pero siempre me gustó el mundo de la cocina y sobre todo del vino por eso cuando estaba cansado de esperar opté por abrir mi primer negocio y desde el principio me fue muy bien.
—Entiendo que su primer negocio lo lanza precisamente con lo que ha ganado como actor.
—Sí. No es que haya sido especialmente una hormiguita porque me gusta disfrutar de la vida pero he gastado con cabeza y he ahorrado lo suficiente para poder cumplir mis sueños.
—¿Se da por aludido cuando hablan de un juguete roto o eso es algo que no va con usted?
—No me identifico para nada. Te diría que todo lo contrario. Los doce años que he trabajado como actor sólo me han servido para tener buenas experiencias y encima lo que he ganado me ha permitido comenzar mi carrera como empresario. También me ha abierto muchas puertas porque he tenido contactos y muchas entrevistas que han permitido dar visibilidad a mis proyectos. Te aseguro que tenía tiempo para todo (jugar, estudiar, trabajar…) con la suerte de vivir cosas que no todos los niños pueden conocer por eso creo que mi vida ha sido muy plena y feliz en ese sentido.
—Sin embargo cuando vemos trabajar a niños pensamos en el efecto Marisol que salió muy quemada. ¿Aún le queda el gusanillo de ponerse delante de las cámaras?
—Cuando has trabajado tantos años delante de las cámaras creo que ese gusanillo nunca desaparece. Simplemente el hecho de hacer una entrevista delante de las cámaras hace que se avive pero también lo disfrutas. A veces se ha hablado de hacer un reencuentro de esas series míticas y si ese proyecto surgiera te aseguro que estaría encantado de participar.
—¿Mantiene contacto hoy con Emilio Aragón y Ana Obregón?
—Tengo contacto con los dos a través de los Whatshaap de grupo, tanto con los de 'Médico de familia' como con los de 'Ana y los siete'. Ahí solemos felicitarnos las fiestas y comentamos muchas cosas o nos animamos cuando alguien lanza algún proyecto. Es verdad que muchas veces queremos quedar pero suele ser complicado porque todos andamos muy liados.
—Imagino que habrá estado especialmente volcado en Ana Obregón tras la pérdida de su hijo Aless Lequio.
—Yo a Aless le tenía muchísimo cariño y te aseguro que ha sido un palo enorme para todos. No encuentras la razón de que pase una cosa así y es verdad que el hecho de ser también padre hace que te involucres más y entiendas mejor lo que pueda sentir en esos tristísimos momentos.
—De momento es padre de un niño de cuatro años. ¿El primero de una saga?
—Me gustaría que tuviera otro hermanito porque yo tengo una relación buenísima con el mío.
—Hoy está al frente de siete restaurantes en Madrid.
—Nos llamamos grupo Mimosa. Son tres restaurantes italianos, tres cervecerías y un andaluz, La Malaje. Mi último proyecto ha sido lanzar un vino, Cayetana, tras asociarnos con una bodega y estoy muy centrado en este vino que me tiene entusiasmado.
—Dedicándose a la hostelería en tiempos de pandemia su suerte habrá sido tener todos los locales en Madrid donde se ha podido trabajar más que en otras comunidades.
—La gran mayoría de los que nos dedicamos a este negocio estamos muy agradecidos a la gestión de Isabel Díaz Ayuso porque gracias a ella hemos podido trabajar aún en esas circunstancias.
—¿Y qué perspectivas ve para esta temporada ante la situación económica actual?
—Esta primavera todo ha funcionado muy bien pero a ver qué pasa este septiembre porque no te niego que hay una gran preocupación.
—¿Le molesta que por la calle le sigan llamando Chechu?
—Todo lo contrario, me hace hasta ilusión que pasados los años la gente me recuerde con cariño. Es más, algunos amigos me siguen llamando Chechu.
—¿En sus restaurantes pone fotos suyas de cuándo actuaba?
—Noooo para nada.
—¿Y dónde ha dejado la vanidad clásica de los actores?
—Te diré que me causa mucho rechazo la gente vanidosa.
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