«En los procedimientos de familia no parece que se esté respetando el derecho a la lactancia materna»

Con la incorporación de la mujer al trabajo, se ha menospreciado la trascendencia del vínculo sagrado madre-hijo a pesar de que la conexión de los hijos con sus madres determinan, junto a las experiencias vitales, los estilos de apego que los hijos tendrán en su edad adulta. Olvidamos que los niños biológicamente están programados para depender de los cuidados de su madre. No en vano, nuestra forma de relacionarnos con el mundo depende del tipo de apego que hayamos desarrollado ( seguro, ansioso y evasivo ).

El derecho de los menores no sólo se limita al hecho de nacer sino que va más allá . Es necesario que existan garantías por parte de la sociedad para brindarles todos los recursos afectivos y materiales que necesitan para que alcancen un desarrollo físico y emocional óptimo.

Hasta fechas muy recientes, se creía que el exceso de atención convertía a los menores en personas inseguras y dependientes , hasta el punto de desaconsejar cogerles en brazos o atender su llanto. Este el motivo por el cual muchas madres utilizaban el método de Eduard Estivill consiste en dejar llorar a los bebés para que se acostumbren a dormir solos.

El psicólogo John Bowlby fue el primero en advertir que los menores precisaban un fuerte vínculo afectivo con la madre para no enfermar ni retrasar su crecimiento físico y psicológico. Y en España, ha sido Carlos González, autor del célebre libro «Bésame mucho» quién ha promocionado una crianza basada en el cariño y amor. El pediatra considera beneficiosa la práctica del colecho: «El niño que se queda con su madre es más feliz. Todos los niños establecen un primer vínculo de apego con una persona, casi siempre la madre, y durante los primeros tres años o así lo pasan mal si se separan, aun brevemente, de esa persona».

Del Decálogo de los Derechos del Nacimiento (son 10) quiero destacar algunos:

- El bebé tiene el derecho a recibir el reconocimiento tanto de su capacidad física y emocional durante su permanencia en el útero de su madre y posteriormente, cuando ocurre el alumbramiento.

- El bebé y la madre tienen el derecho de gozar de intimidad mientras dure todo el proceso del parto.

- El bebé y la madre tienen el derecho de estar juntos una vez que se ha llevado a cabo el alumbramiento, sobre todo, en las horas y días subsiguientes para que se fortalezcan los vínculos entre ambos.

-E l bebé tiene el derecho de disfrutar de la lactancia materna, al menos durante el primer año de vida.

- El bebé goza del pleno derecho de ser atendido directamente por la madre, al menos durante el primer año de vida y la madre, de disfrutar de la compañía de su hijo todo el tiempo que considere necesario.

Las principales asociaciones científicas nacionales e internacionales recomiendan que la lactancia materna sea el único aporte alimenticio hasta los 6 meses del bebé, y después complementarla con otros alimentos, al menos hasta los 12-24 meses de edad, pudiendo mantenerla todo el tiempo que la madre y el hijo deseen. No hay establecido un límite superior para finalizar la lactancia.

La mal llamada «lactancia materna prolongada» (toda vez que prolongar significa hacer que algo dure más tiempo de lo normal), a largo plazo, no sólo mejora el desarrollo emocional de los menores en su edad adulta sino que mejora su sistema inmunológico (menor riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer), así como, les brinda un mayor desarrollo intelectual. Y durante la lactancia, un bebé mayor de un año que toma el pecho obtiene aproximadamente 1/3 de sus necesidades calóricas y proteicas diarias, además de vitaminas y minerales.

La lactancia materna ha sido la clave del desarrollo de nuestra especie y la edad del destete en los homo sapiens ocurría entre los 2,5 y 7 años. Fue en el siglo XX cuando en los países industrializados, a raíz de la aparición de los sucedáneos de la leche materna y los cambios sociales, se generaliza el destete prematuro de los bebés, lo que es, sin duda, contra natura.

Por tanto, el único problema de la lactancia materna más allá del año es el rechazo social por prejuicios y el desconocimiento de la evidencia científica actual.

Con el fin de asegurar la lactancia materna exclusiva recomendada por la OMS, toda vez que el permiso por maternidad en España es de tan sólo 16 semanas tras dar a luz, la AEPap manifiesta la necesidad de ampliar la baja maternal a 6 meses como mínimo.

Ha sido un acierto aumentar los permisos de paternidad pero habría que aumentar también de forma muy considerable los permiso de maternidad en España. Si investigamos como son los permisos de maternidad en otros países del mundo, lo cierto es que nos queda mucho camino por recorrer para equiparnos a nuestros vecinos europeos. A saber: Suecia (16 meses de permiso de maternidad), Bulgaria (410 días), Alemania (14 semanas pero se pueden pedir 3 años de excedencia tras el parto), Albania, Reino Unido, Bosnia y Montenegro (365 días), Noruega (315 euros), Grecia (301 días), Irlanda (294 días), Italia (154 días), Portugal (150 días).

Por mi experiencia profesional, en los procedimientos de familia en España no parece que se esté respetando el derecho del menor a la lactancia materna . En Francia, por ejemplo, un menor lactante no podrá pernoctar con su padre hasta que finalice el destete.

Pero tampoco parece que se estén respetando en nuestro país los derechos de los menores a no ser maltratados por alguno de sus progenitores. Me refiero no solo al maltrato físico sino al emocional: la manipulación a los hijos en contra del otro progenitor, las humillaciones gratuitas y el abandono.

La violencia extrema que en España se ejerce sobre los menores en los entornos familiares, incluyendo los abusos sexuales, es un mal que permanece oculto porque se produce a manos de sus progenitores. Asimismo, la tolerancia con formas leves de maltrato hacia los niños hacen que sea difícil poner foco en esta forma de violencia y luchar de manera efectiva contra la misma. La familia es el medio natural de desarrollo psicológico de los hijos y la relación que los menores tienen con sus principales figuras de referencia conforman su personalidad y sus futuras formas de apego. Por este motivo, la violencia intrafamiliar ejercida sobre los menores es la que mayores secuelas deja.

Hoy es un día para reflexionar sobre la vulnerabilidad de los menores al nacer y sobre el vínculo crucial que tienen con sus madres. Los bebés humanos son los mamíferos con mayor dependencia de la madre pero parece que se nos ha olvidado.

Es comprensible que las mujeres luchemos por lograr una independencia económica con el fin, entre otros, de hacernos respetar, pero la maternidad, para quién la elige (es un gran avance que no se imponga), es nuestro principal cometido en la vida.

Artículo escrito por Sofía Maraña García, abogada de familia