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Propuestas de juegos y ocio en familia para fortalecer la comunicación con los hijos

Jugar con nuestros los niños desde que son bebés previene muchos problemas en la adolescencia

Propuestas de juegos y ocio en familia para fortalecer la comunicación con los hijos

M. J. PÉREZ-BARCO

Comunicación, confianza, vínculo... son las bases para mantener una buena relación con nuestros hijos y, así, prevenir muchos problemas que pueden aparecer en la adolescencia. Y eso se puede conseguir a través del juego desde la más tierna infancia, como propone una guía elaborada por Acción Familiar («Ideas para compatir el tiempo de ocio en familia»). «Rescata maneras de compartir las cosas en familia. Y recuerda a los adultos que tienen recursos suficientes para influir y encaminar a sus hijos hacia un ocio saludable», explica Cristina de la Guardia, coordinadora de los Programas formativos de Acción Familiar.

Por otra parte, en la rutina diaria, este compendio de propuestas puede dar respuesta a cuestiones muy prácticas: ¿qué hacer con los niños en una tarde lluviosa? ¿o cuando la temperatura baja demasiado? ¿o cuando el dinero no llega a fin de mes y no se puede gastar más? Estos meses son buenos momentos para recuperar los juegos en casa y los espacios de ocio domésticos. No solo porque el mal tiempo del otoño e invierno muchas veces arruina salidas, escapadas y excursiones, sino también porque la crisis económica obliga a un ocio muy diferente.

Es tiempo de compartir

En el fondo, esta guía es fruto de años de trabajo para dar respuesta a miles de padres preocupados por prevenir problemas que les traen de cabeza cuando sus hijos son adolescentes: consumo de alcohol, drogas, salidas nocturnas hasta altas horas de la madrugada... Y para prevenir, la comunicación es la base que debe levantarse y fortalecerse desde que los niños nacen. A través del juego lo podemos conseguir. «Lo más importante que podemos ofrecer a nuestros hijos —asegura Cristina de la Guardia— es tiempo para disfrutar juntos, para compartir, para tener experiencias y para dar pie a la comunicación. Jugando nos conocemos».

La guía es una herramienta que se utiliza en uno de los programas de formación para padres que ya se están desarrollando en diferentes ciudades españolas, como Albacete, Barcelona, Madrid, Murcia, Vizcaya o Zaragoza. Este taller de ocio es impartido gratuitamente por un equipo de psicólogos a petición de asociaciones de padres, centros culturales, empresas... Tiene una duración de diez horas en cinco sesiones.

Hay fórmulas para todos, independientemente de la idiosincrasia de cada familia. Muchas veces basta con rescatar viejas costumbres que en la infancia tuvieron los propios padres y que han sido aparcadas por la vorágine del trabajo y las nuevas tecnologías. «Los padres deben ser imaginativos y creativos», dice De la Guardia. Cualquier momento es bueno para iniciar el juego y consiguientemente la comunicación: la hora del baño, la de la comida, un viaje en coche... He aquí algunas de las propuestas que lanza Acción Familiar para compartir el ocio en familia:

De 0 a 3 años

El juego es el medio que tienen los más pequeños para expresarse, para relacionarse, para desarrollar sus capacidades físicas, motoras, emocionales, lingüísticas... Es un periodo clave para la maduración cognitiva del bebé y del niño pequeño. Pero antes de jugar con ellos existen unas normas que debemos tener en cuenta:

—Situarse a la misma altura del niño hasta que las miradas se encuentren.

—Ser sensible a los ritmo del niño.

—Esperar a que el niño tome la iniciativa y elija con qué y a qué quiere jugar. Hay que permitirle jugar a su manera ya que solo continuará jugando mientras se divierta.

—Como paso previo al juego: organizar adecuadamente el espacio, número de objetos o juguetes que se van a ofrecer y prever el tiempo para sacarlos, jugar y después recoger.

—Comentar y describir lo que se va haciendo: objetos, formas, colores, acciones, sentimientos...

—Participar de forma activa y colaborar con el niño.

—Alabar y reforzar el comportamiento del niño: una aplauso, una sonrisa, «muy bien»...

—Poner límites si tiene una conducta agresiva, rompe objetos, escupe...

—Juegos: Hay miles, desde las caricias, cosquillas, construcciones, marionestas y disfraces con ropa usada que ya no se utiliza... La guía propone juegos para cada etapa. Por ejemplo, cuando el bebé ya puede sostenerse sentado sin apoyo: poner a su alcance objetos de diferentes colores, formas y sonidos para que estire los brazos. A esa edad, también les gusta dejar caer los objetos y meterlos en un recipiente y volverlos a sacar. Cuando ya son más mayores les gusta mucho imitar la vida de los adultos: acercarles un botiquín, con tiritas, bolas de algodón, jerillas desechables... para simular la consulta de un médico. De esta forma crean y experimentan.

De 4 a 11 años

Ya están preparados físicamente para realizar multitud de actividades; su vocabulario, pensamiento y memoria van a experimentar progresos significativos permitiéndoles comprender cada vez mejor el mundo que les rodea. Comienzan a formar relaciones de amistad con otros niños.

—Juegos: comenzar a crear un huerto en casa, o un jardín; hacer una receta juntos en la cocina involucrándoles desde el inicio, por ejemplo haciendo la compra juntos para adquirir los ingredientes; salir al aire libre en la naturaleza; crear un espacio en casa que sea el rincón del reciclaje donde reciclar cartón en cuadros, instrumentos musicales con botellas y vasos de plástico, adornos navideños; aprovechar los juegos de mesa (domino, parchís...) para hacer campeonatos u olimpiadas; crear un diario de la familia donde se pueden guardar recuerdos de momentos especiales...

De 12 a 20 años

Los chicos empiezan a compartir su tiempo de ocio fuera del hogar con sus amigos. Lo más importante ya no es tanto hacer cosas juntos con los padres, sino establecer una relación adecuada cuando están padres e hijos juntos. Todo el tiempo de ocio que se ha compartido en años anteriores han sentado las bases para ello.

—Actividades: Fotos, recuerdos... del pasado pueden dar pie a iniciar una conversacion con nuestro hijo: los chicos pueden preguntar ¿qué hora te ponían tus padres de regreso a casa?, ¿a qué edad fuiste por primera vez a una discoteca?... Y los padres pueden aprovechar para preguntar a sus hijos: ¿qué profesión te gustaría ejercer?, ¿tienes pensado casarte?... Ver películas en familia da la oportunidad de expresar valores propios y compartidos; leer da pie a hablar e iniciar muchas conversaciones...

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