Así ha cambiado la crisis la forma de alimentar a nuestros hijos

La explicación más lógica reside en que el impacto de la crisis ha dejado ha muchas madres desempleadas con el tiempo suficiente para elaborar la comida a sus bebés y, por lo tanto, consumen menos productos de alimentación infantil. Asimismo, la crisis ha provocado que muchas mujeres prolonguen la lactancia, hecho que también repercute en las ventas de leche infantil.

Y, en busca de un mayor ahorro, muchas familias han dejado de llevar a sus hijos a la guardería y han optado por buscar ayuda en casa de los abuelos, elaborando ellos mismos la alimentación de los pequeños , sin recurrir a los productos procesados, más cómodos, pero también más caros.

El «hágalo usted mismo» se ha instalado en muchos hogares españoles. Las familias han sustituido los tarritos infantiles por los purés hechos en casa. Y en el caso de no hacerlo, se buscan los productos y marcas más baratas. La consecuencia directa es una pérdida de valor para el mercado. En lo que llevamos de año y comparado con el mismo periodo de 2013, este mercado había perdido 3% en este aspecto.

Las estrecheces económicas en los hogares ha provocado lo que sería impensable hace diez años: que algunas familias hayan adelantado la fecha en la que los bebés comienzan a consumir leche de adulto, ya que es mucho más económica. La leche infantil liquida fue un segmento de gran crecimiento en los años anteriores a 2007, pero ahora se encuentra lejos de las prioridades inmediatas de una familia con un recién nacido, lo que provoca que hoy caiga de manera continua muy por debajo de la leche polvo.

Otro factor que con toda seguridad está influyendo en la evolución negativa y la perdida de peso de la alimentación infantil reside en el descenso de la natalidad en un 12% desde el año 2008 y 3,5% en el último año.

Este evidente problema demográfico en España no es ajeno a la actual coyuntura. Antes de la crisis económica el tradicional balance negativo de la natalidad en España se compensaba con las aportaciones de las madres extranjeras, haciendo que la población llegase a los 47 millones de habitantes. Por primera vez en muchos años se volvió a tener un ratio positivo demográfico. Pero esa realidad también ha desaparecido debido a que buena parte de la inmigración que llegó a España a partir de los años 90 ha retornado a sus países de origen en busca de nuevas oportunidades.

Una de las esperanzas para remontar la caída en el consumo por la falta de renta disponible en las familias reside en la innovación. En el seno de la alimentación infantil se ha centrado en la categoría de tarritos con el desarrollo de los llamados «pouches», que ha sido el segmento de mayor desarrollo en los últimos años. La razón de su consolidación y éxito no es otra que la comodidad de uso en cualquier momento. Además son muy fáciles de dar al bebe (no se necesita cuchara, calentar, preparar) y están orientados especialmente a meriendas.