Un bebé robot desfila para Schiaparelli en la Semana de la Alta Costura de París
La firma de lujo dio el pistoletazo de salida a los desfiles de 'haute-couture' en la ciudad de las luces y, una vez más, su desfile ha dado mucho que hablar
¿Se ha cortado el pelo JLO o solo ha cambiado de peinado?
Uno de los diseños de Schiaparelli con incrustaciones tecnológicas
Schiaparelli inauguraba la Semana de la Alta Costura de París, una de las fechas de la moda más importanets de la temporada y que sin duda no defraudó, con ese toque excéntrico tan característico de la marca, numerosos rostros conocidos y hasta un ... ciborg «recién nacido» desfilando sobre la pasarela para mostrar las nuevas y robóticas propuesta de Daniel Roseberry, director creativo de la marca.
En una pasarela en la que Zendaya y Jennifer López estaban en primera fila, el éxito estaba garantizado y la expectación era máxima. En 1877, el tío de Elsa Schiaparelli, Giovanni Schiaparelli, director del Observatorio de Brera (Milán), descubrió algo nuevo: una serie de canales, un área tan grande como el Gran Cañón, que surcaban la superficie de Marte. También acuñó el término «marciano», e inadvertidamente comenzó una fascinación moderna por las criaturas de ahí fuera, una fascinación que continúa hoy en día en la marca y a la que con frecuencia se rinde homenaje.
«Esta colección es un homenaje a esa obsesión, así como un estudio de las contradicciones: de lo heredado y lo vanguardista, de lo bello y lo provocador, de lo terrenal y lo enviado por el cielo«, cuentan desde la firma. »Pero como el arte (y la naturaleza) nos enseñan una y otra vez, las cosas y las ideas que parecen diametralmente opuestas también pueden combinarse para crear quimeras sorprendentes, objetos compuestos de partes familiares que, cuando se unen, crean algo inesperado y nuevo«, explican.
Como era de esperar, la tecnología no podía faltar en la colección y lo hacía con vestidos joya bordados con cristales e incrustados con móviles, calculadoras y componentes de diversos artefactos. Los tejidos y las técnicas de siempre se combinan con referencias como un vestido de microchips con placa base y microfichas incrustadas de artefactos tecnológicos anteriores a 2007. «Ahora, la tecnología con la que crecí es tan anticuada que es casi tan difícil de encontrar como ciertos tejidos y adornos vintage», cuenta Roseberry. Fue entonces cuando en brazos de la modelo Maggie Maurer, vestida totalmente de blanco con pantalón cargo, entró en escena un bebé robótico repleto de cristales. Como si de un bebé de carne y hueso se tratase, la criatura desfiló sobre la pasarela dejando atónitos a los allí presentes.
Tampoco faltaron entre sus propuestas las referencias a Texas, su tierra natal; y los reconocible códigos de la propia Elsa: el ojo de la cerradura, la cinta métrica, las partes anatómicas del cuerpo incrustado en joyas, zapatos, bolsos de mano y bordados. El resultado es una serie de perfiles a la vez familiares y no tan familiares: en parte humanos, en parte otra cosa. Y, por tanto, totalmente Schiaparelli.
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