París Fashion Week también habla de moda

Más allá de la «guerra del lujo» en el mundillo, Amaya Arzuaga, Alber Elbaz y Vivienne Westwood ponen un toque de costura a la Semana de la Moda

París Fashion Week también habla de moda

ABC

Los diseñadores que desfilan estos días en París intentan concentrarse en sus presentaciones con independencia del torbellino mediático que ha levantado el polémico despido de John Galliano de la casa Dior. Una vez presentadas sus dos colecciones (para Dior y para su propia marca), por ... fin parece que hay cierto espacio para hablar de moda y tendencias.

La representación española ha estado a cargo de Loewe , con la colección que Stuart Vevers presentó el sábado , y de Amaya Arzuaga , que desfiló por segunda vez en la Ciudad del Sena, con su primera línea. Aquí repasamos los principales momentos sartoriales eclipsados por el malogrado Galliano.

AMAYA ARZUAGA

Con la burgalesa , el invierno próximo se llenará de faldas y vestidos muy minis de corte perfecto, ilustrados con pliegues diagonales asimétricos, relieves de armoniosa simetría, transparencias y plisados estratégicos . A menudo sus conjuntos no llevarán mangas y dejarán brazos y piernas visibles en todo su esplendor.

De noche, también sin mangas o con mangas largas, los vestidos rozan el suelo y tienen cola. Negros, pero siempre estarán adornados con una bella franja ondulada en rojo o azul vivo. Los pantalones, muy ajustados, lucen franja ancha lateral, más de estilo deportivo que esmoquin.

Esta colección es, según la diseñadora, "como una revisión desde dentro del cuerpo para sacarlo al exterior", una referencia sin duda a los complejos pliegues y relieves que sobresalen en algunos de sus modelos, en la espalda, en el torso, o en todo el contorno del diseño. "Los vestidos son el esqueleto" , precisó.

Su segundo punto de partida vino "de las mariposas, del movimiento y de lo sutil de las alas", agregó la modista, quien también ideó pequeños vestidos corola que recordaban a una flor o a una hoja. "Creo que esta colección, aunque siendo conceptual, está más cerca de la calle" , no es siempre fácil "conseguir algo que sea sencillo sin ser aburrido", añadió.

VIVIENNE WESTWOOD

Westwood puso la nota británica desenvuelta y barroca en la delicada París, con una colección hecha de tules y transparencias, de dorados, cuadros escoceses, estampados multicolores y osadas mezclas de formas y volúmenes.

Como toque siniestro, el maquillaje negro que llevaban las modelos, bajo sombreros-cascos que bien podían ser de guerra.

LANVIN

«Prêt-à-Porter» de lujo el presentado por Alber Elbaz . Bajo un árbol, el desfile, suavemente minimalista, se hizo multicolor al final, cuando reunió sus vestidos de cóctel de un solo tono, fucsia, amarillo, verde, rosa, naranja, ladrillo, beige o negro, adornados con volantes, pliegues o drapeados, no siempre asimétricos, en las caderas, sobre un hombro o en delantero.

Algunos modelos estampados de flores blancas y negras, muchos sombreros a lo "Harry Potter", con ala ancha, abundantes vestidos negros, cortos, minis a veces, sobre zapatos de altísimo tacón, todo de gran simplicidad, realzado por un gran brazalete o un gran collar, serán indispensables con Lanvin para protegerse del frío y del calor entre 2011 y 2012.

En los actos y salones exquisitos de la futura temporada invernal, los momentos más elegantes se vestirán de largo, con túnicas blancas o negras, o con conjuntos de encaje negro. De día, la mujer Lanvin irá a trabajar con sombrero y capas cortas de cuero , sobre falda también corta; chaquetas rectas, con la apertura de sus bolsillos, metálica, a la vista; ajustados pantalones negros y, a veces, zapatos planos.

El objetivo de la colección, comentó el modisto, fue "reflejar la vida de las mujeres", para lo que quiso darle un toque "un poco estricto" y también un toque lleno de flores, de alegría y ligereza".

HERMÈS

El primer desfile Hermès de Christophe Lemaire , sucesor de Jean Paul Gaultier en la firma, tomó los 3.000 metros cuadrados de la nueva boutique parisina de la firma.

Puesta en escena oriental, con una gran estuctura «origami», música zen de fondo y coletas de estilo japonés como remate al look de las modelos. El blanco que abrió la colección dio el tono de pureza buscado también en colores arena, jengibre, azafrán, ocre quemado, marrón y negro, y en una silueta recta y alargada, apoyada en la cadera. Lemaire también usó abundantes pieles, "leggins" de cuero, botines y botas altas vueltas en la rodilla.

JEAN PAUL GAULTIER

La pasarela de Gaultier fue «prêt-à-porter» en el significado más literal de la expresión. Una colección urbana, lista para comprar, guardar en el armario y llevar a la calle, en la que hubo ante todo pantalones anchos y fluidos de franela , negros, grises, beiges o marrones, portados con jerséis de cuello alto, en claro homenaje al maestro Yves Saint Laurent.

Para las horas del cóctel, pantalones, siempre anchos, y faldas rectas y casi siempre hasta las rodillas, se enriquecerán con múltiples colores sobre seda o viscosa, también muy fluida.

Con Gaultier, la máxima elegancia vino desde luego de negro, adornado con ricos bordados de azabache como collares incrustados sobre el cuello de una chaqueta o de una camisa, pero también de trajes de chaqueta y trajes pantalón enteramente plateados.

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