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CUBA-EE.UU

El «deshielo» llega a la alta moda cubana

Ahora que Obama estrecha lazos con Raúl Castro, recordamos cómo la moda cubana ha tejido durante años una red de unión con Estados Unidos

El «deshielo» llega a la alta moda cubana cordon

maría luisa funes

Me contaba una profesora estadounidense en mis años de estudios universitarios en UCLA, que sus padres la habían mandado de joven a estudiar la carrera a Cuba. Me sorprendió tal experimento, impensable años después; pero a Mrs. Anderson, que así se llamaba, sus padres le quisieron dar una buena formación en los años 40. En sus palabras, «La Habana era un petit Paris muy a mano» . Parece ser que la capital cubana se trataba de una especie de cruce perfecto entre Madrid y Miami, un lugar donde se sabía vivir, donde imperaba la siesta, las fiestas y el clima tropical.

Lleno de coches, espías, empresarios, rascacielos, tiendas, oficinas y mujeres elegantes, fue incluso el lugar elegido por Christian Dior –un hombre con buen olfato para buscar el dinero allí donde se gastaba– para abrir su primer corner en América. Se trataba de una pequeña réplica de su estudio-taller, en el interior de los almacenes El Encanto, lugar frecuentado por Ava Gardner, Tyrone Power o Lana Turner entre otros emblemáticos artistas . El Encanto fue también el establecimiento en el que trabajaron y se inspiraron los creadores de El Corte Inglés y Galerías Preciados. Recorriendo Cuba a través de la autopista que dividía la isla en dos mitades, cual nervadura central de una hoja de eucalipto, se podrían descubrir las mayores fuentes de exportación hacia los Estados Unidos antes de la revolución castrista: el azúcar, la piña y el tabaco. Pero también se exportaba su estilo, el ambiente del Tropicana, el Riviera y el Capri. O ese saber vivir tan español, el ron, el carnaval, los casinos, la música y los bailes. Cuba era el patio de recreo de ricos y famosos del mundo, empezando por el sector del cine, con una Habana abierta las 24 horas .

Pero tras este americano jardín del Edén, la corrupción y las enormes desigualdades fomentaron el golpe de Fulgencio Batista y, más tarde, la irrupción de la estéril revuelta de Castro . Con la revolución, los almacenes El Encanto, al igual que muchos otros «encantos» de la isla y los signos de una Cuba internacional, capitalista y divertida, fueron destruidos.

Tras décadas de relaciones inexistentes entre Cuba y los Estados Unidos, ahora parece que Goliat tiende su mano a un David viejo y cansado. Pero todos estos años, la comunidad cubana ha seguido influyendo en Norteamérica , principalmente vía sus exiliados, que han destacado por sus dotes en los negocios de productos alimentarios y en el sector de la moda.

Con las primeras damas

La moda cubana fue atrevida y futurista antes de la revolución. Después de la era castrista, ha existido a través de sus exiliados en Nueva York y Miami . Uno de los pioneros de estas décadas fue Narciso Rodríguez , norteamericano de padres cubanos afincados en la Gran Manzana. La multinacional LVMH , siempre con un ojo exquisito para escoger sus equipos, se fijó en él hace casi 20 años, para que comenzara a dirigir la faceta creativa de Loewe. Ya entonces pensaron que un cubano entendería mejor una marca de ADN español . Pero Rodríguez pasó sin pena ni gloria por Loewe, quizás porque no era su momento o quizás porque no le dejaron hacer. Sorpresivamente, fue años más tarde el elegido por Carolyn Bessette, la «princesa de América», para crear su vestido de novia al casarse con John John Kenned y. «Ese fue un día en el que mucha gente vio mi trabajo y escuchó mi nombre por primera vez, gracias al apoyo de Carolyn». Más tarde, Narciso ha sido elegido por primeras damas – Michelle Obama, entre otras – actrices y cantantes para diseñar sus vestidos más emblemáticos.

El caso de Rubén e Isabel Toledo , también pasa por las manos de LVMH y de los Obama. Es una pareja de cubanos instalados en Nueva York. Él, dibujante y artista multidisciplinar, fue elegido para dibujar las «City Guides» de Louis Vuitton, creándose un nombre en el mundo artístico desde entonces. Haber sido amigo de la infancia de Marc Jacobs, ciertamente le abrió las puertas al grupo francés. Isabel Toledo, modista, estuvo a cargo de la dirección artística de Anne Klein durante diez años y ha colaborado puntualmente con Louis Vuitton, aunque su gran hito fue ser elegida por Michelle Obama para diseñar el conjunto amarillo de vestido y abrigo que ésta llevó a la toma de posesión de Barack Obama como presidente de los Estados Unidos. «Ella era negra y yo una emigrante cubana», ha declarado Isabel. «Michelle logró llegar a la Casa Blanca y yo la vestí en ese momento. El vestido amarillo es la materialización de la esperanza. Todo es posible» .

Y es que los modistos hispanos siempre han tenido reputación de elegantes en Norteamérica. A los exiliados cubanos, en Estados Unidos se les trata con un cariño especial, ese aprecio del vecino pobre con el que se tiene un enemigo común. Otros nombres de importancia han ido engrosando la lista de creadores cubanos asentados en el país «enemigo», consolidándose cada vez más a nivel mundial. Tal es el caso de Alejandro Ingelmo, Adolfo, Óscar León o Justicia Ruano .

Inspiración tropical

Además, Cuba siempre ha inspirado a artistas y modistos en estas últimas décadas. La nostalgia de una Habana libre, el recuerdo de l a famosa y exótica Carmen Miranda, de los ventiladores de techo, las persianas de lamas de madera y la música del Club Tropicana, han hecho mella en muchas marcas . Las siluetas de los años 50, inspiradas en las colecciones de estilo «New Look» que Christian Dior vendía en Cuba, se han replicado en grandes casas de moda como Prada y Vuitton , en uno u otro momento. Las flores, los bordados y el colorido ácido y alegre se han visto en desfiles de muchas marcas en los últimos años: serían solo algunos ejemplos.

Cuba está de moda y los Obama –Michelle y Barack, cada uno a su manera– se están asegurando de que se sitúe en el mapa de la actualidad. Marco Rubio , cubano, lucha por ser candidato a la presidencia de EE.UU por el partido republicano, y el comercio de bienes puede volver a la normalidad si finalmente se cancela el embargo. Habrá entonces que recordar que la moda cubana fue la primera embajadora del país castrista en el gigante norteamericano .

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