Los regalos más caros y excéntricos de las «celebrities»

En las Navidades de 2012, Tom Cruise no escatimó en recursos para colmar a su hija Suri de seis años con los regalos más lujosos. La pequeña recibió un poni y su primera propiedad, una casa en Nueva York valorada en 10 millones de euros aproximadamente. «Obviamente, no hay sitio para guardar un poni en el apartamento de Katie, por lo que esta casa es ideal. También habrá espacio para el resto de sus juguetes, ya que han tenido que almacenar muchos de ellos en su mansión de Los Ángeles» declaró una fuente cercana al actor. Su madre Katie tampoco se quedó corta. Esas mismas Navidades se gastó 44.000 euros en regalos para la pequeña, entre ellos un abrigo de pieles y una casa en miniatura para el jardín.

En el hogar de Beyoncé y Jay-Z tampoco tienen problemas en desembolsar grandes cantidades para satisfacer a la niña de sus ojos Blue Ivy. Antes de nacer, le compraron un caballito balancín, pero quizá lo más llamativo fue el despliegue de los amigos de la familia que se presentaron con sonajeros de oro, muñecos de Tiffany y un minicoche Bugatti. El premio al presente más ostentoso, y a la par hortera, vino de manos de Kelly Rowland, la ex Destiny Child, que regaló a la feliz pareja una bañera de cristales de Swarovski rosa valorada en unos 5.000 euros para bañar a sus pequeña como a una auténtica princesa.

Criada en ese ambiente de lujo y sofisticación, no podían bajar el listón en la celebración de su primer cumpleaños. Beyoncé no defraudó. Compró a Blue Ivy una muñeca Barbie por la que pagó 60.000 euros debido a su decoración , compuesta por 160 diamantes e incrustaciones de oro blanco.

Igual de disparatada, aunque más sofisticada eso sí, fue la extravagante idea de Sandra Bullock de entregarle a su pequeño Louis un cuadro de Andy Warhol valorado en 12.000 euros en su primer cumpleaños. ¿Acabará el pequeño convertido en un marchante?

En una recopilación de los regalos más estrafalarios y ostentosos no podían faltar ellos. Los Beckham . David y Victoria sorprendieron a sus pequeños en las Navidades de 2007 con una casa en el árbol , valorada en 45.000 euros y con capacidad para tres personas. El amor no tiene precio, pero a veces puede resultar muy caro.