Nicolás de Grecia: «Me siento orgulloso de ver cómo los griegos están ayudando a los refugiados sirios»

«De alguna manera mi tío me enseñó el amor por la fotografía », admite el príncipe Nicolás al otro lado del teléfono. Tiene la misma voz grave que su padre y, aunque se educó en Inglaterra (Colegio Helénico de Londres) y Estados Unidos (es licenciado en Relaciones Internacionales por la Universidad de Brown), su inglés delata un ligero acento heleno .

«Me enamoré de cómo mi tío hacía esos retratos espontáneos de la familia en vacaciones... Todos nos veíamos tan bellos y radiantes... Cuando empecé con la fotografía seguí sus pasos: utilizaba objetivos para capturar a la gente a distancia, para que ni siquiera se dieran cuenta de que los estaba retratando», evoca el sobrino carnal de la Reina Sofía. Pero en un viaje a Tailandia su equipo se mojó y se arruinó . Entonces, durante algunos años, dejó su afición.

Su mujer, la bella venezolana Tatiana Blatnik, con la que se casó en 2010 en la isla griega de Spetses, lo alentó a que retomara el pasatiempo . «Entonces pasé de los retratos a los paisajes», explica. Ahora, a sus 46 años, el príncipe Nicolás comienza a dar sus primeros pasos como fotógrafo artístico profesional. A mediados del mes de marzo expuso sus obras en Doha, en el marco de «Art for Tomorrow» , un congreso de arte organizado por «The New York Times» y la jequesa Al Mayassa bint Hamad bin Khalifa Al-Thani, hermana del Emir y responsable de la Autoridad de Museos de Qatar.

«Popes» del mundillo artístico como Marina Abramovic, Jeff Koons o Parker Ito participaron del encuentro en Doha y tuvieron la oportunidad de apreciar su trabajo. Su primo, el Rey Felipe VI, también ha podido verlo . «El año pasado le enseñé algunas fotografías, pero solo brevemente», apunta.

El resto de los mortales podemos admirar a diario sus paisajes marítimos a través de su cuenta en Instagram , a la que bautizó «Skylight chaser» y que se podría traducir como «cazador de la luz del cielo». El nombre no es casualidad. Nicolás de Grecia está afincado en Atenas desde 2013 y es voluntario en Symplefsi , una ONG que brinda asistencia sanitaria a los habitantes de las islas más remotas del Egeo. Durante sus largas travesías solidarias entre el mar que separa Grecia y Turquía desenfunda su cámara y captura el festival cromático que ofrece el cielo del Mediterráneo.

Rojos infernales, grises tempestuosos, celestes cegadores... «Amo observar los colores del cielo, y más en Grecia, donde la luz es única» , explica. Muchas de sus fotografías son impresas en aluminio y, a través de una tecnología innovadora, añade a estas imágenes unos altavoces que emiten sonidos que evocan el entorno de la propia instantánea , transportando al observador hasta aquellos paradisíacos rincones.

-¿Cómo recibieron sus fotografías en Doha?

-Estoy muy contento, porque el público las recibió con interés y entusiasmo. En el terreno del arte, soy particularmente humilde con mi trabajo. En Doha tuve el honor de enseñar mi trabajo a gente muy importante de ese mundo . Hace algunos meses expuse en Christie’s de Londres, pero Doha fue muy importante porque entre el público había grandes artistas y críticos de arte.

-Marina Abramovic y Jeff Koons quedaron encantados con sus fotos.

-Sí, Marina casi abraza las fotos . Me dijo: «Ojalá las imágenes fueran más grandes, así podría sentir que estoy realmente dentro del paisaje». La tecnología me limita, pero estoy trabajando en piezas de mayor tamaño.

-Algunas de sus fotos rayan en la abstracción. ¿Es intencional?

-Sí, lo es. Mis fotografías invitan a mirar lo cotidiano y a encontrar en ello cosas nuevas que no solemos percibir a primera vista . A veces es una luz, a veces es una gota de agua... Se trata de revelar los detalles que se ocultan en la naturaleza.

-¿Lo reconocen cuando sale a hacer fotos por Grecia?

-A veces sí. Pero generalmente cuando salgo no hay nadie a mi alrededor. Voy a sitios remotos, es parte de la experiencia . Tengo que estar solo para hacer mis fotografías.

-Detrás de esas imágenes se esconde su trabajo solidario, ayudando a pueblos perdidos en islas lejanas...

-Así es. Colaboro con Symplefsi, que es una organización de voluntarios en la que hacemos dos cosas. Por un lado, llevamos médicos a islas remotas del mar Egeo que no tienen acceso a los servicios sanitarios. Llevamos a especialistas de todo tipo y ofrecemos atención gratuita a todos los habitantes. Mucha de esa gente no tiene dinero para ir a un médico , es muy caro, y más en estas circunstancias. Por otro lado, hablamos con las autoridades locales y estudiamos otro tipo de necesidades. A veces piden cosas sencillas, como papel para la fotocopiadora o juegos para los niños. En ocasiones son cosas más difíciles. Intentamos captar a empresas privadas para que nos ayuden.

-¿Se nota más la crisis económica griega en esas islas?

-Fuera de temporada estas islas pasan muchas dificultades. Y con la crisis todo es más duro. Ahora mismo los fondos públicos disponibles para esos pueblos son limitados y ellos no tienen por dónde recortar.

-¿Qué opina de la crisis de los refugiados sirios?

-Es un problema de todos los europeos, pero la situación en Grecia es más delicada porque es el primer país al que llegan muchos de esos refugiados. No quiero entrar en detalles en términos políticos, pero sí quiero decir que me siento muy orgulloso de ser griego y de ver cómo los griegos están ayudando a toda esa gente . En Grecia tenemos una palabra que es «filotimo», que significa altruismo, compasión, empatía. Los griegos han demostrado esto de una manera muy grande. Así que me siento orgulloso porque, pese a que mi país atraviesa una crisis importante, los refugiados han encontrado aquí a un pueblo que ha abierto su corazón y que intenta ayudar con lo que tiene y con lo que puede.

-La prensa internacional no nos enseña eso. ¿Por qué?

-Lamentablemente, esa es la naturaleza de la prensa. Las malas noticias venden más que las buenas . Los grandes titulares siempre son malas noticias, así que, tristemente, a Grecia le toca ser protagonista por las razones equivocadas. Hay muchos griegos luchando y sufriendo , pero están sobreviviendo y sobreponiéndose y eso es el lado positivo de todo esto. Con mis fotos intento enseñar el lado bello de mi país, es mi pequeña aportación.

-¿Se puede vivir del arte?

-El arte es mi pasión, es parte de mí. Si no hiciera exposiciones o no vendiera mis fotografías las seguiría haciendo porque forman parte de mi vida y de lo que soy. Poder exponer o vender es simplemente «un extra».

-¿Le han ofrecido hacer política?

-(Risas) La política es un arte completamente diferente . Por ahora estoy concentrado en la fotografía, que es el arte que a mí me apasiona.