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Manuel Valls y Anne Gravoin se separan

Casados em segundas nupcias, ambos iniciaron juntos la larga marcha que culminó en el Palacio de Matignon en 2014

Manuel Valls y Anne Gravoin

JUAN PEDRO QUIÑONERO

Manuel Valls (55 años), ex primer ministro, anunció este miércoles su segunda separación de su segunda esposa, Anne Gravoin (52 años), que fue su primer amor juvenil.

La pareja se conoció cuando ambos tenían poco más o menos veinte años. Pocos años antes, Valls había sentido una vocación religiosa pronto abandonada por la política. Aquel primer amor duró unos años, pero Valls terminó contrayendo matrimonio con Nathalie Soulié , madre de sus cuatro hijos.

El primer matrimonio de Valls duró veintitrés años, hasta que su vida volvió a cruzarse con Anne Gravoin, convertida en violinista de cierta reputación , casada en primeras nupcias y madre de una hija de ocho años cuando reinició sus relaciones amorosas con el primer hombre de su vida el 2010.

Casados en segundas nupcias , ambos, Valls y Anne Gravoin iniciaron juntos la larga marcha que culminó en el Palacio de Matignon, la residencia oficial de los primeros ministros franceses, el mes de marzo de 2014.

Comenzó entonces una época aparentemente feliz, pero finalmente tensa y dramática. El «virus» de la política embarcó a Valls en un laberinto de batallas políticas , dentro y fuera de su gobierno, dentro y fuera de su partido. Su esposa lo acompañó resignada por un laberinto de secuencias políticas siempre más tensas, siempre desastrosas, “robando” un tiempo precioso a la vida matrimonial más íntima.

Cuando Valls decidió participar en las primarias socialistas que debían elegir al candidato del PS a la presidencia de la República, el mes de enero del 2017, su esposa estuvo siempre a su lado, como « mujer orquesta » de una campaña finalmente desastrosa. Valls fue eliminado y sus tribulaciones políticas terminaron afectando a su vida matrimonial.

Cuando Valls decidió romper oficialmente con el socialismo, para pedir una humillante entrada en el grupo parlamentario de Emmanuel Macron , las tensiones políticas íntimas del personaje terminaron afectando a la vida íntima.

La obsesión de Valls con la política, criticando a Macron, anunciando la defunción del socialismo, siempre más solo, lo convirtió en un personaje solitario y angustiado, sin amigos, un lobo solitario y apaleado. Esa vida pública muy intensa ha terminado afectando a su segunda historia de amor con su segunda esposa.

«Una separación siempre es un acto doloroso», ha declarado Valls a «París Match», el semanario muy «rosa bombón» elegido para anunciar su ruptura sentimental. No es evidente que Anne Gravoin haya apreciado el detalle. Comunicador político excepcional , Valls ha vuelto a utilizar la «comunicación» para dar noticia de sus tribulaciones íntimas. Ella ha preferido guardar un silencio sepulcral , esperando su hora, quizá.

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