La guerra comercial no detiene a Ivanka Trump en China

Una vez más, los negocios de este clan empresarial vuelven a salpicar a la Casa Blanca y ponen en cuestión la supuesta imparcialidad de la Administración Trump. Tal y como alerta «The New York Times», siete de esas marcas han recibido el visto bueno en el último mes . Su autorización ha coincidido con la reciente tregua entre Washington y Pekín , que se ha comprometido a aumentar sus compras a EE.UU. para reducir su astronómico déficit comercial.

De igual modo, y ya sea casualidad o no, el presidente Trump ha sorprendido a todo el mundo al salvar a la compañía tecnológica china ZTE de una quiebra segura . Castigada por haberse saltado el embargo a Irán al haberle vendido sus artículos tecnológicos, la firma estaba condenada después de que EE.UU. prohibiera a sus empresas seguir suministrándole sus microchips. Pero Trump, que ha hecho de la pugna comercial con China su arma de guerra electoral, anunció a mediados de este mes que estaba negociando con el presidente Xi Jinping darle una salida a ZTE para que no se perdieran sus puestos de trabajo.

Curiosamente, en los días anteriores y posteriores al acuerdo se sucedieron las licencias chinas para las marcas de Ivanka Trump. Así lo desveló el pasado viernes el grupo Ciudadanos por la Responsabilidad y la Ética en Washington (CREW, en sus siglas en inglés). Según denuncia en un comunicado su presidente, Norman Eisen, los hijos de Trump y su yerno, Jared Kushner , «están envueltos en negocios y marcas basándose en su relación con el presidente para firmar contratos y acumular riqueza».

Con estas nuevas autorizaciones, Ivanka Trump dispone ya en China de una treintena de marcas activas , así como 8 sujetas a aprobación provisional y 28 más pendientes de revisión. Sus negocios incluyen de todo, desde perfumes y maquillaje hasta muebles, pasando por libros, café, chocolates, ropa y calzado . Por su parte, su padre tiene otro centenar de marcas registradas en China.

Para no ser acusados de beneficiarse de su posición en la Casa Blanca en sus negocios, ambos han delegado sus empresas en fondos familiares que las gestionan . Pero eso no les exime de críticas porque, según denuncian sus detractores, todo el mundo sabe que la política y los negocios van de la mano con los Trump .

Como no podía ser de otra manera, el fondo encargado de gestionar sus actividades comerciales rechaza estas acusaciones e insiste en que el registro de marcas es algo habitual en sus negocios. Especialmente en China, abundan los plagios y robos de propiedad intelectual. Aprovechándose de la popularidad de «Yiwanka» , como llaman a Ivanka en mandarín, algunas empresas chinas han recurrido a su nombre hasta para vender compresas y tampones, por supuesto sin su permiso.

Además de proteger su marca y vender sus productos en China, Ivanka Trump se abastece de las fábricas de este país , donde se han denunciado casos de explotación laboral que la Policía ha silenciado. Todo con tal de no contrariar a «Yiwanka», la hija del jefe.