Las confidencias de la viuda de Sean Connery: «Al final, estaba aburrido de todo»

En una entrevista publicada en la revista francesa «Paris Macht», Micheline Roquebrune , una pintora franco-marroquí y casada con el actor escocés en 1975, se muestra aliviada de que Connery por fin descanse en paz: «Su salud no fue buena durante los últimos cuatro años. Sufría de una demencia senil y era consciente de su condición. Eso le producía mucha infelicidad. Estaba aburrido de todo. Dormía durante días para tratar de olvidar . En momentos de lucidez me decía que ya había tenido suficiente y que quería terminar. Me desgarraba el corazón verlo así. No era vida. Al final, le rogaba a su médico que le diera marihuana, cualquier cosa para que se sintiera un poco más feliz », lamenta la viuda.

En la entrevista, Roquebrune se muestra arrepentida por no poder haber ayudado más a su esposo. Confiesa que en ciertas ocasiones era desesperante no poder tener una solución inmediata a su enfermedad. «Cuando lo llevé a la clínica para un chequeo hace unos cuatro años, el médico me dijo que Sean tenía un corazón muy grande y no duraría mucho tiempo . Lo único que podía salvarlo era ponerle un marcapasos. Le dije que lo hiciera. Y ahora que lo pienso, no sé si tomé la decisión correcta porque solo hizo que se prolongara más su sufrimiento», cuenta.

El día del funeral llamó mucho la atención que el actor fuera incinerado en las Bahamas y es que, según ha desvelado la revista francesa, la pareja nunca fue creyente y Connery nunca quiso una ceremonia religiosa : «Sean no era creyente y yo tampoco. Sus cenizas están en mi casa, en un jarrón. Cuando pasemos esta pandemia tiraremos parte de sus cenizas en el campo de golf de Lyford Cay y la otra parte en Escocia, en el de Saint Andrews», comenta Roquebrune.

La desafortunada noticia de la muerte de Connery se dio a conocer el 31 de octubre a través de BFM, la cadena televisiva francesa gracias al comunicado de la periodista Stéphanie Renouvin , nieta de la estrella, quien expresó públicamente sus sentimientos hacia su abuelo: «Cuando dejó de hacer James Bond, quiso demostrar que era algo más que una hermosa sonrisa, unos ojos maliciosos y seductores... el único consuelo que tenemos es que murió durante la noche. Tranquilamente. Su último aliento fue hacia la una y media de la madrugada. Una muerte muy hermosa».

A raíz del impacto de la muerte de Connery, su viuda se ha visto en la necesidad de no solo desvelar el sufrimiento de sus últimos meses, sino también de rectificar la imagen personal que tenían de él. A pesar de las innumerables actuaciones que había realizado, el actor daba una imagen de una persona «arrogante». No obstante, Roquebrune ha confesado que todas las personas que le habían conocido de cerca siempre se había caracterizado por ser un hombre «modesto» y «sencillo»: « No podía soportar la injusticia. Era una persona inocente . Un buen hombre, incapaz de lastimar una mosca. Ha sido estafado mucho en su vida. A menudo decía: ' Me jodieron más que una puta . ¡Cuando piensan que soy un tacaño!' Es cierto que descubrió que se desperdiciaba demasiado en las películas, pero no hubo nadie más generoso que él. Cuando dio el último salto hizo una fortuna. Ha donado todo su patrimonio a una organización benéfica en Escocia que se ocupa de niños que no pueden pagar una educación», concluye la mujer del difunto intérprete.