Catalina, del paraíso al infierno

La gira asiática de nueve días, planeada como un viaje repleto de significado con motivo de la celebración del Jubileo de Diamantes de la Reina, ha quedado enturbiada por el apetito insaciable de la prensa . La imagen impoluta y medida al milímetro que la Duquesa había impreso en cada una de sus apariciones públicas se diluía de golpe en una docena de instantáneas fruto de la sagacidad de un reportero gráfico.

Pero lo peor está aún por venir. Ahora podrían salir a la luz las imágenes de Catalina sin la parte inferior del biquini, totalmente desnuda. Los fotógrafos aprovecharon un cambio de bañador para cazarla tal y como vino al mundo. Estas instantáneas, muy apetecibles para todos los medios, podrían publicarse en la revista danesa « Se og Hør », que el pasado jueves abría con un despliegue de 16 imágenes del topless de la Duquesa y que previamente ha había publicado el semanario italiano «Chi».

Pero tras una cerrada defensa en torno a su intimidad, en el Reino Unido comienzan a oírse las primeras críticas que acusan a Catalina de imprudente. «Si no quieren que la fotografíen así, que no se desnude», ha declarado Austin Mitchell , un veterano diputado laborista que también ha criticado la decisión de los Duques de recurrir a la Justicia francesa para tratar de frenar la difusión de las fotografías.

El pasado miércoles, la pareja emprendía su viaje de retorno a Londres con la satisfacción momentánea de haber ganado la batalla legal contra la revista «Closer», gracias a la actuación de su abogado, Aurelien Hamelle , quien también representó a John Galliano en el juicio que le enfrentó a Christian Dior.

Pero la presencia de la Duquesa en los medios no cesa y ahora la revista estadounidense « Star » ha manipulado una foto de su última visita a Singapur abultando su tripa para adecuarla al titular: «¡Son gemelos!».

El fantasma de Lady Di y su truculenta relación con los medios reaparece. El Príncipe Guillermo ha rescatado de sus recuerdos la imagen de la Princesa de Gales sin la parte superior del biquini en 1994, cuando tomaba el sol en Mijas, y que finalmente nunca vieron la luz. La disyuntiva entre la privacidad de la Familia Real y la libertad de prensa ya se reabrió hace unas semanas con el Príncipe Enrique, a quien fotografiaron desnudo en una fiesta en Las Vegas. Aún así, la repercusión de las fotos de la encantadora Catalina no es comparable a la del díscolo nieto de Isabel II, ya que los ingleses están más que habituados a las andanzas de Enrique.

El topless también ha recordado a Sarah Ferguson cuando, 20 años atrás, los fotógrafos la captaron tomando el sol sin la parte superior del biquini junto al empresario americano John Bryan. Completamente identificada con Catalina, la Duquesa de York se ha convertido en su apoyo incondicional. «Siento una total simpatía y empatía hacia ella. También pasé por eso y sé cómo es. Es deplorable, repugnante y despreciable», ha dicho Sarah.

Quizá, la anécdota que mejor refleja la esencia de lo vivido en este viaje fue la que protagonizó el Príncipe Guillermo cuando un transeúnte lo abordó para preguntarle cuál sería el poder mágico del que le gustaría disponer. La invisibilidad, contestó el nieto de la Reina. Aunque desde Palacio se aúnen esfuerzos por blindar su imagen, todo hace presagiar que no será fácil amedrentar a unos medios conscientes del rédito económico que pueden extraer con todo aquello que concierne a la futura Reina de Inglaterra.