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La casa soñada de los Sussex será un almacén

Cuadros, tapices, muebles y porcelanas, cuyo valor no ha sido revelado, serán retirados del Palacio de Buckingham durante las obras de renovación

Ivannia Salazar

Miles de obras de arte y otros objetos de valor que ya no caben en el Palacio de Buckingham debido a las reformas que ya empezaron y que tendrán lugar durante los próximos años, parece que serán guardados finalmente en un anexo que se está contemplando habilitar junto a Frogmore Cottage, la casa de Harry y Meghan Markle en Reino Unido.

Aunque los Duques de Sussex expresaron, antes de mudarse primero a Canadá y luego a Estados Unidos, su intención de vivir entre Londres y Norteamérica, lo cierto es que la comodidad de su nueva vida y la dificultad para viajar debido a la emergencia del coronavirus han hecho que ese plan haya quedado de lado, al menos de momento. Y pese a que el acuerdo final del conocido como Megxit -la salida oficial de ambos como miembros de la familia real- contempla que esta seguirá siendo la residencia oficial de la pareja y su hijo de un año, Archie, en Gran Bretaña, los planes parecen ser otros.

Cuadros, tapices, muebles y porcelanas, cuyo valor no ha sido revelado, serán retirados del Palacio de Buckingham durante las obras de renovación, que le costarán al país unos 370 millones de libras (unos 408 millones de euros). El almacén para la guardar las obras de esta Colección Real se construiría a pocos metros de la vivienda de los Sussex, cuya rehabilitación le costó a los contribuyentes británicos casi tres millones de euros, que los duques acordaron devolver tras abandonar sus deberes públicos y dejar de ser parte de los «royals». Según el diario The Telegraph, Historic England, el organismo gubernamental que tiene la tarea de proteger y preservar el entorno histórico de Inglaterra, considera que la obra podría ser perjudicial para los jardines que forman parte de los terrenos del Castillo de Windsor , y según algunas fuentes citadas por medios locales, incluso la propia Reina expresó ya sus reticencias con respecto a la obra.

La construcción de la estructura propuesta, que estaría en pie durante un máximo de cinco años, es del tamaño de ocho canchas de tenis y se construirá dentro del jardín amurallado, es «urgente», según la administración, ya que «no hay sitios o instalaciones alternativas que cumplan con los requisitos de almacenamiento específicos y necesarios». Pero Historic England sostiene que su gran tamaño provocará daños irreparables en los jardines del Castillo, que además tienen un huerto y que fueron diseñados y construidos a principios de la década de 1840. Los jardines han sido catalogados en múltiples ocasiones como unos de los más bellos del mundo. Además, el organismo llamó la atención sobre el impacto visual negativo que tendrá sobre el paisaje la puesta en marcha de una obra de tal envergadura, y planteó el riesgo de que se produzcan daños a restos arqueológicos que están enterrados en la zona.

Pese a estas preocupaciones, la falta de un espacio que cumpla con todos los requisitos necesarios para guardar las obras, entre ellos la seguridad, es el motivo de que sea casi un hecho que las autoridades locales darán luz verde al proyecto, que cambiará, al menos durante un tiempo, el paisaje que Meghan y Harry estaban acostumbrados a contemplar desde su casa. La vivienda fue un regalo de la Reina a la pareja y el periódico The Times informó el mes pasado que han acordado un plan de pago de 18.000 libras al mes (unos 19.800 euros) para devolver lo que gastaron en ponerla a su gusto.

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