Borja Thyssen recibe cinco millones de dólares por su 35 cumpleaños

La celebración coincide con el primer aniversario de su sonada reconciliación familiar , tras siete años de enfrentamientos. Los Thyssen sellaron la paz el 15 de julio del pasado año cuando Borja y su mujer Blanca Cuesta acompañaron a la baronesa a la inauguración de una exposición pictórica en San Feliu de Guixols (Gerona) que ella organizaba. La escena que parecía irrealizable por fin se materializó y los tres posaron como una familia libre de desavenencias.

Borja, en el litigio con su madre, le reclamaba judicialmente a la baronesa dos cuadros que , según él, el barón le dejó en herencia: «Una mujer y dos niños en la fuente», de Goya, valorado en más de 800.000 euros, y otro lienzo atribuido a Corrado Giaquinto, «El bautismo de Cristo». Las dos partes asesoradas por un nutrido grupo de abogados y mediadores logran alcanzar un acuerdo.

Ahora pueden estar orgullosos de volver a ser una familia unida que disfruta del verano, en las playas de Ibiza , a bordo del «Mata Mua», el yate de Tita Cervera.

El pasado mes de junio volvían a hacer gala de su excelente relación en el bautizo de Kala Thyssen-Bornemisza Cuesta , la cuarta hija de Borja y Blanca Cuesta. La pequeña recibió las aguas bautismales en la iglesia madrileña de San Antón, parroquia del padre Ángel, y allí se reunieron los miembros del clan, incluyendo a la orgullosa abuela Carmen Thyssen, que tras perderse el bautizo de dos de sus nietos por sus problemas con su hijo, no quiso volver a faltar en un momento tan importante de la vida de los niños.

De momento para completar la foto familiar sólo queda que los nietos de Tita y Borja y Blanca disfruten también de la compañía de las mellizas de la baronesa, Carmen y Sabina.

A la baronesa las cosas le van mejor que nunca. El martes conocía que la demanda por acoso laboral que le presentó un ex escolta ha sido desestimada . El demandante la acusaba de haber sido apartado de su puesto de trabajo una vez ésta tuvo conocimiento de que iba a ser padre, vulnerando así «su derecho a la igualdad y su derecho a la integridad personal». La justicia se ha posicionado del lado de Carmen, que respira tranquila y por fin disfruta de unos días de vacaciones en la isla pitiusa sin demasiadas preocupaciones en la cabeza.