Marta Ortega y Sergio Álvarez se separan de forma amistosa

El pasado mes de octubre la pareja estuvo al borde de la ruptura cuando, según «Vanitatis», el jinete había abandonado el hogar conyugal en La Coruña y se había llevado llevó sus caballos, personal y camiones de Casas Novas, la hípica de los Ortega, a su cuadra de Gijón, lo que finalmente no llegó a suceder, lo que dio la crisis por zanjada. Pero no era la primera vez que el joven matrimonio superaba los problemas conyugales ya que en mayo consiguieron hacer frente a su primera crisis gracias al apoyo de la familia.

La principal causa que se baraja como origen de su ruptura es precisamente aquella que les unió: los caballos, la gran pasión de Marta y Sergio ya que, después del nacimiento del pequeño Amancio en marzo de 2013, ella, gran amazona, se vio obligada a abandonar la competición mientras que él, uno de los mejores jinetes de Espapña, siguió viajando asiduamente y la distancia hizo el resto.

Marta y Sergio se casaron en La Coruña en febrero de 2012 en una de las bodas más comentadas y misteriosas de la reciente escena social española. En marzo de 2013 llegó el hijo de la pareja, llamado Amancio en honor a su abuelo. Fue justo un día después de que la revista Forbes nombrase a éste el tercer hombre más rico del mundo.

Este mes Marta protagonizó su primera portada en «Vanity Fair», en un extenso reportaje en el que por primera vez se habla a fondo de la vida de una de las herederas más ricas del mundo y la figura social más huidiza y discreta de la escena española. La revista habla con la hija del tercer hombre más rico del mundo y descubre cómo es la mujer más misteriosa de España, que tiene en los caballos su gran pasión.

En la hípica ha hecho grandes amistades, como los jinetes Jesús Garmendia, José Bono Jr. o la millonaria griega Athina Onassis. Ahí también conoció a su marido, Sergio Álvarez Moya, el mejor jockey de España y uno de los mejores de Europa. «Conozco a Sergio desde que era un niño. Es talento puro. Tiene mucha seguridad en sí mismo y es muy fuerte mentalmente. Controla bien la presión y es muy optimista», explica a «Vanity Fair» el jinete Jesús Garmendia, buen amigo de la pareja.