Nilo Manrique: «Isabel quería que le sirviera y uno se cansa de eso»
El artista publica sus memorias en las que remueve su polémico divorcio de Gemio
víctor abril
Ha escrito sus memorias, que serán polémicas porque desvelan su intimidad, sobre todo en lo concerniente a su matrimonio con Isabel Gemio , con quien tiene dos hijos. Nilo Manrique, que asegura que suele llamar las cosas por su nombre, narra su vida tanto ... en Cuba , donde residen sus otros dos hijos, como en España. «Tengo 44 años y ya he vivido la mitad de mi vida , aunque mi bisabuelo, que era un pianista de origen canario, vivió hasta los 114. Yo espero llegar hasta los 80, lo que pase de esa edad me parece un regalo». En España se le empieza a conocer cuando inicia su relación con la popular periodista…
–En la actualidad, separado de Isabel Gemio, usted vive entre en Valencia y Cuba. ¿Por qué no se quedó Madrid?
–Estuve durante casi ocho años viviendo en Madrid, pero allí siempre era «el marido de…». Isabel y yo nos conocimos en 1997, durante un viaje que ella hizo a Cuba. Nos separamos definitivamente en 2004. No fue fácil romper una relación con dos niños y apartarte del mundo en el que has vivido durante años. Yo lo que quería era seguir viendo a mis hijos, no perder nunca el contacto. Durante un tiempo seguí junto a Isabel, porque no es fácil romper una relación. Pero llegó un momento en que las cosas no estaban bien para ella. Empezaba en la radio y le habían quitado el programa de televisión «Una carta para ti». A mí la crisis no me afectaba de la misma manera. Vivo con el dinero que tengo guardado, porque percibo una pensión de 399 euros por una artrosis degenerativa. Yo en Cuba era cantero, me dedicaba a la restauración de iglesias. Esa fue mi verdadera fuente de trabajo durante años.
–En Algete, a las afueras de Madrid, usted llegó a abrir un taller...
–Sí, puse un taller en un chalet que compré, porque tenía el proyecto de quedarme con los niños. Pero las cosas no cuajaron bien y decidí irme para Cuba. Y la señorita Isabel me organizó una fiesta de despedida.
–Pero cuando se celebró aquella fiesta ustedes ya estaban separados
–Isabel hizo una fiesta sorpresa. La relación entre nosotros en aquellos momentos era buena, pero no duró porque ella quería que yo siguiera sirviéndole y uno se cansa de esas cosas. Ella quería que siguiera en su vida, pero yo tenía novia, Ana, cosa que no sabía Isabel. En 2007 decidí no volver a verla.
–¿Cuál fue el motivo de su ruptura?
–Yo tenía una discoteca, a la que entraba muy temprano y salía muy tarde. Cuando más tranquila estaba Isabel era los fines de semana, precisamente cuando yo tenía más trabajo. También influyó un comentario de ella a una amiga sobre mí.
–¿Isabel fue el gran amor de su vida?
–Al principio, cuando la conocí, para mí fue maravilloso, pero era una diversión de verano. Sin embargo, meses más tarde nos vinimos a España y nos casamos. Tuvieron que enseñarme a utilizar los cubiertos, porque no estaba acostumbrado a moverme en este mundo. En vez de comer con tres tenedores lo hacía con uno. La comida en Cuba te la ponen en un solo plato.
–¿Le ayudó en su carrera?
–Isabel solo me ayudó con el restaurante La Cueva de Nilo, que estaba en el edificio Mingote y yo le pagaba la hipoteca, que era de un millón de pesetas. Se compró barato.
–¿Cree, de verdad, que Isabel le utilizó?
–Sí, creo que sí.
–Pero ella le quería de verdad, ¿no?
–No lo sé, porque yo no estoy dentro de su mente para poder valorar todo lo que ha sucedido entre nosotros desde su punto de vista. A ella, enamorada o apasionada, ayudarme no le costaba nada porque tenía dinero. Tengo que reconocer que también tenía muchos, muy buenos y caros detalles.
–¿Quién pidió la separación de bienes?
–En el notario se decidió la separación de bienes, porque todo el mundo pensó que yo me iba a quedar con todo lo que tenía. Pero no quería nada. Cuando nos separamos podía haber exigido lo que me correspondía en las sociedades en las que tomaba parte o exigir una pensión compensatoria, y no lo he hecho. Nuestra separación no fue por nada en concreto, solo porque yo no estaba libre todo el tiempo que a ella le hubiera gustado.
–¿Qué relación tiene en estos momentos con Isabel?
–No tengo ninguna relación.
–¿Cuánto tiempo lleva sin ver a sus hijos?
–Un mes, aproximadamente. A mí me gustaría verles por lo menos una vez a la semana. Tengo la esperanza de tener una relación más estrecha con el mayor, pero para ello tendré que esperar a que cumpla los 18 años,le falta uno. El pequeño tiene quince. Yo dejé todo a Isabel, incluso mi propia empresa.
–¿Lo hizo por sus hijos?
–Lo hice por todo. Vivo con lo justo.
–¿Cómo considera el tiempo que ha pasado a su lado?
–Lo considero bastante positivo. Jamás vi mi matrimonio como algo negativo. No le guardo rencor.
–¿Existe la posibilidad de un reencuentro?
–No lo creo, de verdad. Ella tiene su camino hecho con sus puntos de vista y yo lo mismo. Mis hijos son lo más grande que tengo, pero ¿qué le puedo yo ofrecer a Isabel que ella no tenga?
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