Suscribete a
ABC Premium

FUERA DE SITIO

El infierno de Afganistán: Las mujeres no sufrimos igual en todo el planeta

Reuters
Lola Sampedro

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Yo hoy iba a escribir una columna sobre C. Tangana y su yate. La tengo ya, pero tendrá que esperar. Lo que está pasando en Afganistán es insoportable, terrorífico. Ahí no hay consuelo alguno, tampoco excusas, solo culpables. Y yo tengo clarísimo quiénes son.

Vaya ... por delante, los primeros, esos monstruos, los talibán (yo siempre digo talibanes, pero se ve que lo correcto en plural es talibán). Y luego, desde muy cerca, los que negociaron con ellos la salida de EE. UU. de ese país (la mayor potencia del mundo militar y armamentística). Eso lo empezó Trump en un hotel de súper lujo y luego lo siguió, pusilánime, Joe Biden ¿En qué momento creen de verdad que pueden negociar con el diablo? Solo un megalómano inconsciente. Lo hicieron. Las tropas norteamericanas tenían que salir de Afganistán con un calendario previamente establecido. Como dijo un historiador, Norteamérica entró en Vietnam a ciegas y por eso perdió. Claro que perdió, porque el objetivo de aquella guerra (el arroz y el caucho, era ridículo, su ciudadanía nunca se jugó algo vital para ellos. Ahora me temo que sí. Solo hace falta recordar las Torres Gemelas. Conviene no olvidarlo). Ellos entraron allí (Vietnam) cegatos y se agarraron a aquel horror desde el marketing. Les salió fatal. Entraron ciegos exactamente igual que han salido de Kabul con sus helicópteros. Desbandada, al mismo tiempo soberbia y cobarde. Y terriblemente negligente, hasta cobrar muchas vidas. Hasta dar el beneplácito al terror.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia