Tito Berni marcaba al mediador las empresas que debía visitar

Después de la cena que el empresario Antonio Bautista, alias «el curilla», pagó según la investigación a Tito Berni, al mediador y -parcialmente- a una docena de parlamentarios socialistas en el restaurante madrileño Ramses, la trama organizó un tour por distintas ganaderías canarias. El objetivo era que el experto en fotovoltaicas diese a conocer los proyectos de su empresas, Cleanergetic Insular S.L., la misma que había constituido en las islas con la ayuda de la gestoría del diputado. Fuentes Curbelo le había pedido previamente al mediador que encontrara un empresario interesado en la instalación de placas solares. Según declaró Navarro Tacoronte, la idea era que el proyecto se sufragara parcialmente con una subvención de la UE y, de paso, que Tito Berni recibiera una instalación gratis en la granja familiar: el diputado, en ese momento en activo, tiene una explotación de ganado caprino que gestiona su mujer y una gestoría donde su hijo trabaja como autónomo.

Así entró en escena El Curilla, personaje esencial en el escándalo suscitado en ámbitos políticos socialistas al trascender el caso Mediador. Visitó el Congreso de los Diputados, luego fueron a comer y acabaron en el club Sombras, donde según la investigación puso 2.000 euros en efectivo. Después, en octubre de 2020, la visita al Ramses; y finalmente, la ruta por las ganaderías para que le comprasen sus placas solares escoltado por el director general de Ganadería y el mediador. Pero Fuentes Curbelo era «quién marcaba las directrices de las granjas que debían visitar». Los investigadores destacan un mensaje que el diputado envió el 25 de noviembre de 2020 a Navarro Tacoronte respondiendo a una petición de nombres: «Las Pocitas, Ganadería y Quesos Felipa la Montañeta y Bernardo Peña», en Fuerteventura y Lanzarote.

Y allí fueron Navarro Tacoronte, Taishet Fuentes y Bautista, que como es habitual en esta trama, registraron imágenes de todo el 'tour': un posado junto a lo que parece una cabra de metal en una quesería de Fuerteventura, una comida al aire libre en otra explotación de la isla, un selfie en el ferry desde Lanzarote, un rebaño de cabras, un retrato de grupo con vacas al fondo y otro con los quesos recién envasados. Las huellas de aquel mes se completan con reservas de hotel y algún pantallazo de whatsapp en el que se puede leer «¿Algún avance en el proyecto de las granjas?». Tras una de las visitas, Curbelo se reunió con ellos en su propia explotación. «Suban a Tetir y comemos algo en el pueblo», escribió a Navarro. «Ahora subimos Antonio Bautista y yo (...) Chacho, haz algo caliente. Mata un chivo o algo», contestó el mediador.

En este contexto de visitas a las granjas, Fuentes Curbelo envió al mediador la numeración de las cuentas bancarias a las que los empresarios debían realizar aportaciones para ganarse sus favores. Porque, como es sabido, llegó a enviar hasta 17 veces al mediador el número de cuenta de la asociación de fútbol y cinco veces la suya personal. Pero no es sólo cuestión del qué, sino del cuándo: eran momentos clave, como destacan fuentes del caso. «No se ha ingresado nada en la cuenta del club. Que no te engañen y así no me engañas», le dijo en una de estas jornadas. «Anoche tuve videoconferencia con la Junta y le había dicho lo que me dijiste», añadió. «Pido el comprobante ahora. Te dejo, que voy ahora a la comandancia. Te lo doy cuando llegues a Fuerteventura», le tranquilizó el mediador.

Se supone que la gira estaba pensada para que El Curilla, que se acabaría dejando miles de euros, abriese mercado. «Las promesas de la organización para con Bautista no llegaron a prosperar», dice la Policía. Con una salvedad: consiguió un contrato con una empresa de alquiler de automóviles, CICAR, aunque aún está por aclarar si fue por su cuenta o previo pago.

Una de las visitas fue a la quesería que regenta Alberto Montesdeoca. Él le contó a la juez que le contactó el mediador para ofrecerle soluciones a un apuro económico. Esta afirmación se vincula con una frase que Navarro le dijo a Taishet Fuentes y quedó en el sumario: «Chacho, consígueme expedientes que tengan problemas, tío. Ganaderos que tengan problemas con ustedes». Y Alberto, «el chico del queso», los tenía: debía devolver una subvención europea de 70.000 euros. El 6 de noviembre de 2020, Taishet Fuentes le dio su número a Navarro Tacoronte «con el objetivo de plantearle al ganadero utilizar las influencias políticas y empresariales del entramado delictivo para rebajar o archivar el referido expediente, todo ello a cambio de las correspondientes contraprestaciones». Ese mismo día, Montesdeoca quedó con el mediador en su quesería y le mandó la ubicación. Y también ese mismo día, el diputado del Congreso le envió al mediador los datos de la cuenta bancaria de la Asociación Deportiva la Vega de Tetir. «El chico de los quesos» pagó de inicio 5.000 euros.

Tacoronte fue allí, compartió su ubicación con el general de división de la Guardia Civil ahora en prisión provisional, Francisco Espinosa, y también con Taishet Fuentes, a quien envió un audio al acabar: «Saliendo de la fábrica de mi amigo Montesdeoca (…). Resuelto el asunto, cansado me voy 'pa' casa. Gracias por todo, mariquilla».

Durante la visita, el quesero le pasó al mediador la notificación del reintegro de la subvención que le han impuesto. A la mañana siguiente, este lo compartió con el diputado: «Juanito, échale un vistazo a eso y dime si se puede hacer algo realmente con eso».

Por la noche, Montesdeoca le escribió agradeciendo la visita y él le contestó: «Ya te dije por experiencia propia que donde hay un problema hay dos soluciones». Le haría saber después que había enviado «a Madrid», en relación a sus influencias, una foto de sus quesos. Eso era verdad. Llegó a Espinosa.

En las semanas que siguieron hubo más visitas a Montesdeoca, al que guiaron además a los servicios de la asesoría de Curbelo. También se lo llevarían de gira por Madrid. Visitó la Dirección General de la Guardia Civil y comió con Espinosa, mientras Navarro le iba pidiendo dinero. Dicen los informes que todos eran conscientes de que la sanción se mantendría, pero continuaron «alimentando sus expectativas». Hasta que se plantó. «Me has engañado», dijo al mediador.

Son sólo dos episodios que para los investigadores reflejan con claridad cómo funcionaba la trama, pero hubo más. Consta la visita a la explotación ganadera de Julián de Santa Bárbara Pérez Alonso, al que -como reveló ABC- el mediador sacó 6.000 euros en efectivo para conseguirle una licencia que nunca llegaría; y a la del matrimonio de Mimi Roca y Esteban Banús, que buscaban, entre otras cosas, una subvención para la compra de un tractor. La maquinaria llegó; el dinero, no. Ellos también pusieron los 5.000 euros para la asociación deportiva del diputado Tito Berni.

La conclusión de los investigadores sobre el modus operandi de la trama canaria es clara: «Tanto Navarro Tacoronte como Juan Bernardo Fuentes Curbelo, su sobrino Taish

et, el abogado Plácido Alonso Peña y Miguel Ángel Robayna -que también visitó alguna granja y al que el mediador presentaba como ingeniero- consiguieron que siete queserías y ganaderías de canarias efectuasen pagos, tanto a la mencionada asociación deportiva como a ellos mismos, bajo la promesa de conseguir ciertas subvenciones o el archivo de sanciones, y bajo la amenaza de quedarse sin ayudas si no entraban en el juego».