Sorpresa y malestar en Moncloa por la pregunta de Feijóo sobre Prisa
El Gobierno niega tajantemente estar presionando al grupo informativo para «recibir mimos» como acusa el PP
Sánchez protagoniza otro número de escapismo y esquiva las presiones a Prisa y el pacto con Junts
Que los portavoces de la oposición y del resto de grupos parlamentarios, incluido el líder del Partido Popular (PP), cambien sobre la marcha su pregunta de control parlamentario al Gobierno no es algo que sorprenda a nadie. Y por eso al Ejecutivo, y en particular ... al presidente Pedro Sánchez, no le suele pillar desprevenido este tipo de maniobras. Basta echar un vistazo a los anteriores cara a cara entre ambos para darse cuenta. Sin embargo, la pregunta de Feijóo este miércoles, con menos meandros que en ocasiones anteriores, descolocó al líder del PSOE. Tanto que decidió ignorarla por completo y soltar la réplica previamente preparada. En este caso sobre el aumento del gasto en defensa, pero Feijóo le había preguntado por el Grupo Prisa y por la tribuna de esta misma semana del flamante presidente de 'El País', Joseph Oughourlian, en la que reafirmaba su independencia al frente del periódico e insinuaba un intento de control por parte del Gobierno. Para más inri mentándole el cincuenta aniversario de la muerte del dictador Francisco Franco.
Nada de esto dijo Sánchez, a cuyo Ejecutivo se atribuye también el apoyo a la fallida operación de impulsar desde el citado grupo un nuevo canal de televisión, que el propio Oughourlian abortó mediante una entrevista en el diario económico 'Expansión' (el de la competencia, pues Prisa tiene su propio salmónido, 'Cinco Días) que cerró las puertas a los planes audiovisuales de otros accionistas.
El mismo mutismo que Sánchez mantuvo con respecto a otro asunto polémico, igualmente mencionado por Feijóo, el de la reunión en París del ministro de Transformación Digital, Óscar López, con el consejero delegado de Vivendi, Arnaud Puyfontaine, una compañía accionista de Prisa, con la supuesta intención según un diario francés de intentar remover a Oughourlian. Algo negado tajantemente por López, que llegó a calificar de «bulo» la información y dijo que por la naturaleza de su cartera se reúne habitualmente con muchos directivos o accionistas de grupos de comunicación.
En Moncloa cunde el estupor y la indignación con Feijóo por esta pregunta. Fuentes del Gobierno lamentan que el líder de la oposición no preguntase por asuntos candentes como Ucrania, el propio aumento del gasto en defensa que la semana pasada abordó en una entrevista con Sánchez en la sede de la Presidencia o, incluso, el reparto de menores inmigrantes pactado con Junts y que se ha traducido en un decreto publicado este miércoles mismo en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Atribuyen su actitud al escapismo de esos temas, y también al del pacto alcanzado esta misma semana por el presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, con Vox, para sacar adelante los presupuestos en esa comunidad a cambio de aceptar los postulados de los de Santiago Abascal en materia de inmigración o de crisis climática.
En «defensa propia»
Las mismas fuentes aseguran de manera tajante que «el Gobierno no tiene ninguna responsabilidad en el Grupo Prisa», ya que no es, señalan, «ni propietario ni miembro del accionariado». Consideran además que la pregunta del líder de los populares es «un insulto a la inteligencia» e incluso «una falta de respeto al Grupo Prisa».
Desde el PP, en cambio, fuentes del partido afirman que hay una «concatenación peligrosa» en compañías como la Agencia EFE, Telefónica «y ahora Prisa». «El Gobierno está usando dinero público para recibir mimos», señalan desde Génova.
Sobre las maniobras del Gobierno en algunas compañías ya alertó la semana pasada, aunque pasó más desapercibido, el ex presidente del Gobierno y antiguo secretario general del PSOE, Felipe González. Lo hizo en un coloquio organizado por Ernest and Young junto al exdiputado socialista Eduardo Madina, el primer rival de Sánchez en unas primarias, las que perdió en 2014.
En ámbitos del PSOE ahora alejados de los núcleos de poder en Madrid, pero con buen conocimiento de lo que se cuece en el Gobierno, se ve la carta de Ourghourlian un cierto acto de defensa propia frente a determinadas intenciones del Gobierno. Lo que quedó de manifiesto este miércoles, y a la luz pública del hemiciclo, es que no es un asunto en el que Sánchez, con todas las tablas que dan una década como líder del PSOE y siete años en el poder, se pueda desembarazar con comodidad.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete