Sánchez rechaza el plan Feijóo: pactos de Estado y elecciones en dos años

Sería una legislatura para «limitar» la influencia de los partidos independentistas, que así quedaría desactivada, explica el PP. «En lo que de mí dependa, la legislatura se pone en marcha. No renuncio a que algún día los partidos nacionales se puedan dar la mano, caminar juntos (...) y abordar un mínimo de cuestiones esenciales para la nación». Feijóo, cargado de solemnidad, se ha referido a la «responsabilidad histórica» y a su propuesta como una «obligación» en ese sentido para «proteger al Estado de estas exigencias inconstitucionales y discriminatorias», en referencia a las reivindicaciones de los independentistas.

El popular ha tomado la iniciativa con una propuesta concreta que, asegura, será su hoja de ruta y el proyecto que presentará a cualquier interlocutor con el que converse o se reúna en este proceso. En cierta forma, la investidura de Feijóo era este miércoles. Lo que daba sentido a su intento era esto: defender un proyecto alternativo al que abandera Pedro Sánchez de la mano de los independentistas. La verosimilitud de que pudiera prosperar no ha llegado ni siquiera a plantearse como posibilidad porque el propio Feijóo se ha encargado de reconocer en su discurso que probablemente ese planteamiento le llevaría a la oposición. Y en cualquier caso ya se encargó él de avanzar la negativa de Sánchez: «He ofrecido pactos de Estado, pero Sánchez me ha dicho que prefiere acuerdos con el independentismo».

El planteamiento ha servido al PP para dejar atrás unos días muy complejos, en los que, se reconoce internamente, no han sabido explicar correctamente la motivación de los diferentes contactos que van a mantener a lo largo de estas cuatro semanas. Especialmente con Junts. En el PP se admite que este plazo es largo, pero recuerdan que la fecha la fijó la presidenta del Congreso de los Diputados, la socialista Francina Armengol, y que en cualquier caso la prevención de que una eventual repetición electoral cayera en las fiestas navideñas aconsejaba evitar las tres primeras semanas de septiembre.

Génova no quería una investidura ya esta semana porque Feijóo pretendía al menos disponer de forma ideal de un par de semanas para poder explicar su modelo y acaparar focos para poner en valor su victoria electoral y la idea de un proyecto alternativo. La consecuencia es que el plazo global es de 35 días. No se conoce a nadie en el PP que vea en ello una ventaja una vez que los votos de todos los actores parecen ya consolidados.

Pero este miércoles Feijóo se ha despojado de esas dudas. De esa sensación defensiva. Y, en su segunda rueda de prensa en menos de una semana en la sala del Congreso de los Diputados, ha logrado trasladar la idea de que tiene una idea respecto a cómo transitar a través de los complejos resultados electorales del 23J. Si no es ahora será más adelante, viene a decir Feijóo en sus últimas intervenciones: «Llegaremos y tendremos como objetivo fundamental la defensa de los españoles».

«Ofrecemos esto», dijo el líder popular cuando se le preguntó qué va a poner encima de la mesa en sus próximos encuentros, a los que él acudirá o no personalmente en función del interlocutor que cada formación proponga. Pero la oferta será la misma: «Un gran pacto para sosegar España, finalizar los bloqueos y resetear el país».

El planteamiento de Feijóo entronca con el que hizo durante la campaña electoral, en el que habló de unos nuevos Pactos de La Moncloa. Pero también es cierto que su oferta de este miércoles choca con otras reflexiones que hacía hace un año, cuando aseveraba que este tipo de entendimiento solo sería posible sin Pedro Sánchez. El resultado de las elecciones le obliga a buscar una interlocución con el líder socialista para hacer estos planteamientos, algo que no estaba en ninguna brújula política antes de las elecciones.

A eso se agarra precisamente el PSOE para rechazar de plano la propuesta. Antes siquiera de celebrarse la reunión, Ferraz anunciaba la convocatoria de una Ejecutiva Federal, la primera después del verano. Una prueba, como ha manifestado en una rueda de prensa posterior la portavoz del partido y ministra de Educación en funciones, Pilar Alegría, de que los socialistas se toman «en serio» la investidura, lo que a su juicio contrastaría con el intento «fake» de Feijóo, como lo describen, que fue incluso tildado de «paripé» y de «folklórico» por la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, el pasado martes.

Alegría, en la sala de prensa de Ferraz, no le fue a la zaga a su compañera de Gabinete ni en sarcasmo ni en invectivas contra el líder de la oposición. Ha señalado mordazmente que «ha intentado convencernos de derogar el sanchismo, pero le ha faltado persuasión», y en otro momento ha acusado al PP de haber pasado «de derogar el sanchismo a rogar al sanchismo». La ministra ha aseverado que Feijóo no busca con este intento el interés general del país, sino simplemente «salvar el pellejo», ha dicho en sentido tan figurado como coloquial, para asentar una idea que fuentes de la dirección del PSOE trasladan con nitidez, la de que el liderazgo del ex presidente de la Xunta de Galicia está más que en entredicho. «Los motores de sus posibles rivales internos se oyen claramente», asegura uno de los dirigentes de la cúpula que ha asistido a la reunión de este miércoles en la sede central del partido.

Quizás por esto último, Alegría ha sacado toda la artillería pesada —y pasada— contra el líder del PP, incluidas sus fotos de hacer treinta años con el narco Marcial Dorado. Un asunto, ha dicho, «que no es solamente de campaña electoral» ya que, ha argumentado, sólo en un partido como el PP puede ocurrir, a su juicio, que alguien «con un pasado tan turbio» sea presidente del mismo. En la reunión de la dirección del partido, Sánchez le ha trasladado a su cúpula detalles de la reunión con Feijóo, entre ellos que le ha pedido explicaciones por las declaraciones de varios portavoces del PP, entre ellos el responsable de Cultura,Borja Sémper, animando a que hubiera algunos diputados socialistas que pudieran no votar con su grupo para evitar un Gobierno en manos de los separatistas. Según la versión de Sánchez a los suyos, en ese momento Feijóo vaciló y terminó incluso desautorizando de forma tácita a quienes así se habían pronunciado.

La portavoz federal del PSOE también ha aprovechado para remarcar la principal propuesta que Sánchez le ha trasladado a Feijóo, la de abordar ya, «gobierne quien gobierne», la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), pendiente desde hace cinco años. Es, ha dicho la ministra, una condición previa incluso a abordar los seis pactos de Estado propuestos por Feijóo, ya que si el PP presume de constitucionalista lo primero debe ser, ha explicado, «que cumpla con la Constitución», en referencia a la renovación del órgano de gobierno de los jueces.

Para el PSOE, en definitiva, no hay duda alguna de que el debate de investidura que dará comienzo el próximo 26 de septiembre será «fallido», pero cuando eso ocurra, ha vaticinado Alegría, «nosotros trabajaremos, plantearemos y conseguiremos una investidura que dé estabilidad a nuestro país y que nos permita seguir avanzando y seguir desplegando nuevos derechos y conquistas sociales». La dirigente aragonesa ha evitado contestar, sin embargo, si la estabilidad necesaria para España la podría proporcionar un Ejecutivo dependiente de un prófugo de la Justicia como el expresidente catalán Carles Puigdemont.

Incluso preguntada en concreto por la posición expresada por Jaume Asens , el dirigente de los comunes designado por la vicepresidenta Yolanda Díaz como negociador con Puigdemont, quien considera que la amnistía es posible con la Ley de Enjuiciamiento Criminal en la mano, ha rehusado comentarlas, para fijar «principios básicos», con respecto a la situación en Cataluña, como son «el diálogo, la convivencia, el reencuentro y, por supuesto, siempre dentro del marco de la Constitución», ha concluido.