Feijóo frena en seco la «moto económica» de Sánchez

De inmediato, y en el primer bloque, dedicado a la economía, el cruce de acusaciones ha sido vivo, hasta cierto punto confuso por lo atropellado del diálogo, con un baile de cifras que ha llevado a uno y otro candidato a acusarse de mentir y tergiversar los datos.

Ha arrancado el presidente y candidato del PSOE empeñado en negar la realidad estadística, haciendo un intento por seleccionar indicadores y periodos de tiempo a conveniencia para lanzar frases del tipo «multiplicamos por cuatro» el crecimiento económico, o «somos la economía europea que más crece», sentencia esta última que se sustenta de manera principal en las previsiones para de la economía española para 2023 (2,3% según la estimación del Banco de España), pero que obvia que la española es la penúltima economía de la UE en lograr la recuperación de los niveles de PIB prepandemia. Así se lo ha recordado el candidato del PP, apoyándose en un gráfico que nos iguala en crecimiento a Chequia.

Las buenas cifras del último tramo de 2022 y el primer semestre de 2023 sobre las que se ha apoyado el presidente esta noche son en realidad, eso no lo ha explicado el candidato socialista, el prólogo de una ralentización de la evolución del PIB para la segunda mitad del año, tal y como adelantaba hace pocos días por ejemplo un informe de Esade, que estima un crecimiento de entre el 1,9 y el 2,1% del PIB para el conjunto de 2023, una horquilla que se ha tenido que ajustar a la baja un par de décimas por los indicadores de junio.

Otro de los indicadores que más debate ha generado ha sido el empleo. «Hemos creado empleo como nunca, tenemos 21 millones empleados, dos más que hace cinco años», se ha arrancado el presidente, replicado por el popular, que le ha recordado que Sánchez «es el tercer presidente que menos empleo ha creado en España». En este campo, la realidad es que la tasa de paro se va reduciendo impulsada por una campaña turística que ha arrancado fuerte y se prevé de récord, pero al igual que el conjunto de la economía, vuelve ya a dar muestras claras de desaceleración. Los números de junio así lo reflejan: este mes se generaron 54.541 puestos de trabajo en junio, mes en el que la rebaja del paro fue de 50.268. Buenas cifras pero que no resisten la comparación con el mismo periodo del año anterior, y que indican que el enfriamiento no es un pronóstico catastrofista, sino la realidad que ya tenemos encima. En el capítulo sobre empleo, el candidato popular ha acusado a Sánchez de realizar maquillaje estadístico, particulamente con los fijos discontinuos.

«No me va a enredar usted», ha sentenciado Feijóo cuando, en uno de los momentos más intensos del debate, el candidato del PP ha respondido a las acusaciones de mala gestión del popular durante su etapa como presidente de la Xunta de Galicia, apuntando este último, por ejemplo, que «la quiebra de las cajas y del sistema financiero» tras la crisis de 2008 «fue durante la época de Rodríguez Zapatero», cuando «se ignoraron» las advertencias del Banco de España. «Miraron para otro lado», ha sentenciado.

Las pensiones han centrado algunos minutos del debate, en los que Sánchez ha querido sacar pecho con la reforma comprometida con Bruselas, en especial la revalorización con el IPC. En este punto ha reprochado al candidato popular que la formación que dirige votará en contra de la ley, cuando la realidad es que el PP votó a favor. El voto en contra de los populares fue en la segunda fase, la que ha subido las cotizaciones por una triple vía. «¿Qué le pasa señor Sanchez?», le ha preguntado Feijóo confundido por el discurso de Sanchez.

La negación estadística del presidente del Gobierno en funciones le ha llevado a negar incluso que el Gobierno de Zapatero congelara las pensiones en 2011 con un paquete de medidas que incluyó un recorte del 5% del sueldo de los funcionarios.

El apartado de vivienda ha sido otro de los temás más encedidos del bloque económico, uno de los temas más candentes en una legislatura marcada por la consumación de la primera ley de vivienda de la democracia. Feijóo ha reprochado a Sánchez haberla pactado con ERC y Bildu, -«me molesta que ustedes gobiernen con Vox» replicó Sánchez-, en lo que ha sido el primer recordatorio de la noche a la relación que el Gobierno y ambas formaciones independentistas han mantenido en asuntos clave como la redacción de la norma que pretende poner un límite de precio a los alquileres en las zonas donde jóvenes y familias sufren más para hacer frente a la mensualidad.

Feijóo ha aprovechado este recordatorio para arrojar a Sánchez las consecuencias que han supuesto para el mercado la aprobación de la ley de Vivienda, así como la inacción de su Gobierno durante su mandato con Podemos en relación a esta materia. «Han subido los precios, ha bajado la oferta y ha crecido la okupación desde que usted es presidente», ha lanzado el candidato popular a la vez que aseguró que impulsará políticas que permitan desalojar a los okupas ilegales de manera exprés si llega a La Moncloa.

Sánchez no se ha jactado en ningún momento de su propia norma -se ha mostrado incluso esquivo al debate- y ha centrado el tiro en la construcción vivienda pública, su principal arma electoral en las pasadas elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo. Ha sacado a colación las 183.000 viviendas destinadas al parque público prometidas entonces «que ya estamos construyendo» y ha mencionado específicamente a las casas que se están impulsando a través de la Sareb. A través del ‘banco malo’ Sánchez se comprometió en abril a poner 50.000 viviendas en el mercado y gran parte de ellas de manera inminente. 21.000 de estas casas serían supuestamente vendidas a las comunidades en el corto plazo. Y la propia Sareb reconoció hace pocas semanas que había recibido interés tan solo por 1.000 de estas unidades.

«La vivienda ha sido uno de sus fracasos, la política de vivienda; se la ha tomado a broma. Iba a hacer 400.000 viviendas y no ha hecho ninguna», volvió a recriminar el candidato popular al presidente Sánchez.

Sánchez ha iniciado su intervención prometiendo medidas de choque para las familias si es releegido como líder del Ejecutivo. Entre ellas, la de obligar al sector financiero a prolongar durante siete años las hipotecas de todas los hogares con rentas medias de igual o inferior a 37.800 euros, «lo que supondrá un ahorro de 300 euros al mes y de 3.600 euros al año». En el mismo sentido ha asegurado que apostará por construir más vivienda pública, la rehabilitación masivamente viviendas y facilitará la compra de vivienda a los jóvenes.

El capítulo de fiscalidad ha sido uno de los más encendidos, un imposible punto de encuentro en el que Sánchez ha alardeado del impuesto a las energéticas y a las grandes fortunas, ha recordado la «amnistía fiscal» durante el Gobierno de Mariano Rajoy y ha asegurado haber rebajado la presión fiscal a la clase media. «No es verdad que hayan reducido los impuestos», ha replicado Feijóo añadiendo el aumento ordenado por el Gobierno en una cuarentena larga de impuestos, así como el incremento de las cotizaciones que hoy mismo un informe de ATA señalaba como una de las razones por las que sólo uno de cada cinco autónomos cree que su negocio iba a crecer en 2023.

Sobre energía, y en relación a la llamada «excepción ibérica», mecanismo que limita el precio del gas que se utiliza para producir electricidad, Sánchez ha destacado que «ha hecho que tengamos unos precios de los más bajos de la UE» y ha criticado que el PP quiera suprimirlo. «No lo hará el PP, sino la Comisión Europea», ha replicado Feijóo, sabedor de que la UE ha dicho que suprimirá esta excepción a finales de año.

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