Sánchez anuncia un nuevo plan de choque para limitar el alza de precios de la energía

Sánchez comparece este jueves en el Congreso de los Diputados para dar cuenta de la reunión informal del Consejo Europeo del 7 de octubre y para informar sobre las medidas económicas y sociales adoptadas para dar respuesta a la crisis provocada por la guerra en Ucrania. Durante la primera parte de su intervención ha desglosado este plan, que como primera medida reforzará el Bono Social Eléctrico, incrementando un 15% la cantidad de energía con derecho a descuento. Además se elevará el porcentaje de descuento hasta el 65% y 80% para consumidores vulnerables y vulnerables severos, respectivamente. Con esta medida se beneficiará a 1,3 millones de hogares.

Por otro lado y en segundo lugar, se creará con carácter temporal una nueva franja de consumidores eléctricos con derecho a un descuento del 40% en sus facturas. Según ha anunciado el presidente del Gobierno servirá para beneficiar a los «hogares con trabajadores con bajos ingresos». Se llegará a un total de 1,5 millones de hogares adicionales.

En tercer lugar, anunció el presidente, otra de las medidas consistirá en reforzar el Bono Social térmico en 2022 y 2023 para los hogares vulnerables. Se duplica el presupuesto para esos dos años al incrementar la ayuda mínima a 40 euros, duplicando el importe de la ayuda media hasta el entorno de los 375 euros por hogar.

La última medida de este nuevo plan que Sánchez detalló alcanzará a los 1,7 millones de hogares que funcionan con calderas de gas comunitarias. «Vamos a extender la protección que ya otorgan las tarifas reguladas a los hogares que formen parte de comunidades de vecinos con calefacciones centralizadas de gas natural», a través «de una nueva tarifa regulada para la que se limite hasta finales de 2023 el incremento trimestral de precio».

Tras anunciar estas medidas, Sánchez ha llevado su discurso al cuerpo a cuerpo ideológico. Ha defendido con mucha contundencia su política fiscal, cargando contra quienes plantean el sistema impositivo español como un infierno fiscal. «El infierno sería tener que hipotecarse y arruinarse para curar una enfermedad grave», ha defendido Sánchez, esforzándose en vincular exclusivamente el aumento de la recaudación con fortalecimiento del modelo de atención pública. «Gracias a nuestro Estado del bienestar los españoles se hipotecan por comprar un coche o una casa, pero nunca por tener que hacer frente a un tratamiento contra el cáncer, porque recibimos más de lo que pagamos con nuestros impuestos», ha dicho Sánchez.

El presidente del Gobierno ha criticado la «hipocresía» de quienes «durante la pandemia pedían más Estado y ahora que la superamos exigen menos Estado». Sánchez ha criticado al presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo por plantear una auditoría de las cuentas públicas si llega al Gobierno porque, ha dicho, eso es simplemente «un pretexto» sobre futuros recortes: «las recetas de Feijóo son las mismas que las de Rajoy: una vuelta al pasado», y en todo momento ha querido destacar su gestión comparándola con la del PP a partir de 2011 en referencia a la «subida de todos los impuestos a la clase media y trabajadora, aprobar amnistías fiscales a los grandes defraudadores y recortar el Estado del bienestar».

Sánchez también quiso entrar a fondo en el debate de las pensiones. Un debate que Ciudadanos ha puesto encima de la mesa y que empieza a tener consenso en algunos espacios económicos: la necesidad de no subir este año las pensiones más altas con el ritmo de la inflación. El presidente del Gobierno no compra ese marco de que esa subida de las pensiones vaya en perjuicio de los más jóvenes: «el problema de los jóvenes no está en el bolsillo de los abuelos», sino en la «precariedad y devaluación salarial, que es lo que tenemos».

«El problema no está en la dignidad de una pensión, sino en la indignidad» del salario de los jóvenes. Sánchez obvió que el debate no plantea no subir todas las pensiones, sino limitar las subidas de las máximas. El presidente despachó el debate asegurando que supone «enfrentar» a abuelos y nietos.

Durante su primera intervención Sánchez ha anunciado medidas específicas para Soria, Teruel y Cuenca, las tres provincias con menor densidad de población en España. Aunque no aportó detalles al respecto, sí aseguró que estas nuevas medidas significarían «una reducción de las cotizaciones empresariales en los contratos indefinidos ya existentes y en los nuevos contratos indefinidos que se firmen».

Sobre la evolución del escenario bélico, Sánchez ha planteado que «no se puede menospreciar» la amenaza nuclear que representa Vladimir Putin. Sánchez ha rechazado que se pueda establecer ninguna equidistancia entre Rusia y Ucrania. El presidente ha defendido que las sanciones adoptadas contra Rusia «nos permiten afirmar que Putin hoy no está ganando la guerra, no está cumpliendo con sus objetivos bélicos».

El Gobierno ha insistido en su rechazo a la anexión de cuatro regiones ucranianas mediante referéndums simulados que solo pretenden esconder, ha dicho Sánchez, «su fracaso en el terreno». Sánchez ha denunciado unos crímenes de guerra que ha comparado por los registrados en las guerras de los Balcanes. «El bombardeo indiscriminado con el solo objetivo de solo destruir por destruir, arrasar por arrasar», ha denunciado Sánchez.

Sánchez se ha referido a los últimos acontecimientos como «la huida hacia delante de un régimen desnortado», después de haber caído en «el error histórico que siempre comete el imperialismo, que es subestimar al enemigo, porque ningún enemigo es menor».