Revuelta: un grupúsculo sin estructura, de ámbito universitario y que actúa al calor de Vox

La Policía Nacional había convocado ayer en la Brigada de Información de Madrid al convocante del acto de Ferraz para tomarle declaración por un presunto delito de incitación al odio, pero las fuentes consultadas por ABC explicaron que será finalmente hoy cuando se produzca esa comparecencia. Esta persona es la que rezaba como peticionario en la comunicación preceptiva llegada a la Delegación del Gobierno; es decir, que se tramitó por la vía legal la protesta, como viene siendo habitual desde el pasado noviembre, en el entorno de la sede nacional del PSOE. Hay que recordar que las solicitud de autorizaciones para hacer actos de este tipo tienen que hacerlas personas físicas, no jurídicas como asociaciones o partidos políticos, aunque ese grupo las ampare.

Fuentes del caso explican que, al dar su nombre en el documento, es el que asume la responsabilidad de lo que en el acto ocurra. Bien si se tratan de desórdenes públicos y daños (que pueden acarrear una multa, en función de la Ley de Seguridad Ciudadana) o de un delito como el que se investiga ahora.

Lo que está claro, de cualquier modo, es que Revuelta es la organización que realmente se encontraba detrás de la convocatoria. Es en el ámbito de las redes sociales donde mejor se ve su crecimiento. El 28 de septiembre de 2023 se publicaba un primer mensaje en una conocida red social en la que se anunciaba su aparición. Obtuvo cinco 'me gusta'; solo tres meses después cuenta con 29.588 seguidores (la cifra es de las 16.30 de ayer), lo que le permite tener visibilidad y una cierta capacidad de convocatoria, de momento no significativa. Su 'puesta de largo' fue en la manifestación en contra de la amnistía auspiciada por Sociedad Civil Catalana, aprovechando su capacidad de movilización.

Lo que ocurrió en Nochevieja fue que montaron sus particulares Campanadas, que retransmitieron en directo, entre otros canales, por su cuenta de YouTube. Además de insultos y proclamas ultras, anunciaron una piñata con turrones dentro. Y resultó que ese artilugio era la cabeza del presidente del Gobierno, elaborada manualmente. Fueron bastantes radicales los que la emprendieron a palazos con la figura, hasta destrozarla. A esa convocatoria, según fuentes de la Delegación del Gobierno, acudieron unas 300 personas. En estos casi dos meses, las protestas han tenido desigual seguimiento, desde las siete mil personas iniciales en Ferraz a otras noches en que apenas se cuentan medio centenar. Lo que ocurre es que tienen el altavoz de algunos medios de comunicación y de expertos agitadores de ultraderecha que replican estos mensajes a miles de ciudadanos.

El origen de este grupo está en Plataforma 711, organización próxima a Vox surgida en algunas facultades de la Complutense -antes era una tienda 'online' de gorras y otras prendas 'patrióticas'-, y que es la que gestiona la cuenta de Revuelta. Ese grupúsculo estudiantil intentó organizar su acto inicial en septiembre de 2023 en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid, apadrinada por el exsecretario general de Vox, Javier Ortega Smith, que fue prohibida por la decana. La decisión fue recurrida por Vox en el ámbito contencioso-administrativo.

En realidad, la presencia del partido de Santiago Abascal es constante junto a Revuelta, Plataforma 711 y algunos otros grupos menores con escasa implantación, de corte neofascista, indican fuentes policiales, como Bastión Frontal. Los líderes de este partido -el ya citado Ortega Smith, pero también el secretario general Ignacio Garriga, el vicepresidente de Castilla y León Juan García-Gallardo o el vicepresidente Jorge Buxadè- han mostrado su apoyo a Revuelta.

Sin embargo, cuando adquirió más notoriedad fue en noviembre pasado, durante las manifestaciones en Madrid ante la sede federal del PSOE en la calle de Ferraz. La bandera verde con letras blancas con el nombre de 'Revuelta' fue constante en esas concentraciones.

Al no tener sedes ni estructura definida y moverse sobre todo en el ámbito de las redes sociales la financiación del grupo es un problema menor. Para formar parte del grupo hay diferentes tarifas que van desde los tres euros al mes para la 'membresía estudiantil' hasta los 20 de la 'membresía generosa'. Además, para el acto de las «uvas de Ferraz» hicieron una campaña de 'crowfanding' para sufragar los 10.000 euros que aseguraban que costaba su organización. También venden sudaderas por 35 euros y camisetas a 20. Además se pueden hacer donativos. No está claro que alguien fiscalice sus cuentas, como en otras organizaciones.