Page se suma a los barones del PP en su estrategia para frenar la amnistía en el Constitucional
El presidente de Castilla-La Mancha carga contra la norma aprobada en el Congreso: «La convivencia es lo contrario de cualquier tipo de chantaje»
Las comunidades del PP presentarán un recurso ante el TC por la amnistía
Toledo
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Iniciar sesiónSe esperaba con expectación lo que pudiera decir Emiliano García-Page una vez ya aprobada en el Congreso de los Diputados la ley de Amnistía que borrará los delitos de cientos de independentistas catalanes. En concreto, de 1.616 personas, no sólo políticos, entre ... los encausados por la vía penal (697) y los de la vía administrativa (919), según ha calculado Òmnium Cultural.
Y Page fue consecuente con lo pregonado hasta la fecha. Anunció que la Junta de Castilla-La Mancha va a solicitar al Consejo Consultivo regional el informe preceptivo para ver cuáles son las posibilidades de que su comunidad «se defienda de lo que consideramos una agresión al concepto de igualdad». Así pues, en el Palacio de Fuensalida, sede del Gobierno regional, esperan que el Consultivo les dé «vía libre para defenderse en el Constitucional». «La convivencia es lo contrario de cualquier tipo de chantaje», afirmó el principal barón socialista.
«Tengo la obligación como presidente, y ese es el encargo que tengo de las instituciones regionales y de las Cortes, de velar claramente por si cualquier norma, la que sea en España, de otras autonomías o del propio Gobierno de España o del Parlamento o del Senado, afecta a los intereses de esta región y particularmente a nuestros intereses directos y a nuestras competencias. Para mí eso está por encima de cualquier otra circunstancia», se explayó durante el acto institucional del Día de Castilla-La Mancha, que se conmemora cada 31 de mayo y que ayer se celebró en el toledano Palacio de Congresos El Greco.
El presidente de Castilla-La Mancha se une de esta manera a otros líderes autonómicos, todos del PP, que también han anunciado su intención de recurrir al Constitucional. Como Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana, para quien la ley de Amnistía supone un «atentado a la Constitución y a la igualdad entre territorios y personas». O como Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, que ha calificado la amnistía como «la ley más corrupta». «Desde hace décadas no conocemos algo igual, una ley por la que pretenden olvidar todo lo que sucedió en Cataluña en esos meses», añadió el jueves Ayuso.
Sin embargo, hay una diferencia evidente entre Page y el resto de presidentes autonómicos que discrepan con el Gobierno. El castellanomanchego pertenece al mismo partido que Pedro Sánchez. Conviene no olvidarlo, como tampoco que es el único barón socialista con mayoría absoluta. Si bien es verdad que Page se puede permitir llevar la contraria a La Moncloa debido a sus excelentes resultados electorales, también lo es que siempre se ha mostrado como el más rebelde en las filas del PSOE. Un partido en el que, desde que Sánchez está al frente, prima el culto al líder por encima de la coherencia ideológica.
Silencio en el PSOE
Precisamente, en el PSOE, con el horizonte de las elecciones europeas a poco más de una semana, se optó ayer por el silencio sepulcral y nadie cuestionó lo anunciado por Page. «Está en su derecho» de recurrir al Constitucional o de hacer lo que considere, comentaron desde Ferraz, según informó Servimedia.
En cambio, en el PP creen que el presidente de Castilla-La Mancha está montando un «teatrillo», ya que «podría haber convencido a sus diputados de que no votasen a favor» de la ley de Amnistía «en lugar de esperar a que se aprobase este atropello». Así se pronunció en sus redes sociales Cuca Gamarra, secretaria general de los populares, para quien Page «hace el caldo gordo al sanchismo» y «ya no se lo cree nadie».
Mientras, Paco Núñez, presidente del PP de Castilla-La Mancha, que ha perdido dos veces y por goleada contra Page en las urnas, anunciaba que su grupo parlamentario ha registrado una iniciativa en las Cortes autonómicas para que se inicien los trámites con los que recurrir la ley de Amnistía «porque es claramente inconstitucional». La noticia, claro, quedó opacada por lo dicho después por Page. En todo caso, Núñez insistió en que «los castellanomanchegos somos ciudadanos de segunda porque tenemos menos derechos que un independentista catalán».
Don Quijote en Barcelona
Volviendo a Toledo y al Día de Castilla-La Mancha, Page aclaró sobre la amnistía: «Mi discrepancia no es sólo constitucional, es de fondo. El perdón no se contrata. El perdón se da o no se da, pero no se hace a cambio de nada y menos a cambio de un chantaje. Por eso, mi discrepancia seguirá adelante independientemente de la acción de la Justicia». Reconoció, eso sí, que «tengo una posición de fondo sabiendo que en democracia hay que aceptar lo que se diga mayoritariamente, aunque discrepes hay que acatarlo también dentro de las organizaciones políticas».
Antes de referirse expresamente a la ley de Amnistía, Page había relatado un pasaje de la segunda parte de la obra universal de Miguel de Cervantes, donde Don Quijote pierde la última batalla en la playa de Barcelona, derrotado en duelo por el caballero de la Blanca Luna. «No es mal mensaje para que algunos volvieran a releer ese capítulo», concluyó en una clara alusión al Gobierno de Pedro Sánchez y sus equilibrios en el precipicio con los partidos independentistas catalanes.
Finalmente, hizo una referencia a la lengua: «Lo único importante es que el idioma merece la pena si es para entendernos». Y otra a la financiación autonómica, otra guerra entre las comunidades y el Gobierno: «No queremos más que nadie, pero no vamos a admitir menos».
Por su parte, el también socialista Pablo Bellido, presidente de las Cortes de Castilla-La Mancha, cargó contra lo sucedido en el Congreso de los Diputados a cuenta de la votación de la ley de Amnistía. Una Cámara Baja donde «se convierte al adversario, que defiende legítimamente otras posturas, en un enemigo al que hay que laminar y se incurre permanentemente en la ofensa, algo que es detestable». Y el popular Carlos Velázquez, alcalde de Toledo, pidió «tender puentes» y «no levantar muros», apostando «por la concordia y no por la división o el enfrentamiento».
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