El PSOE, en el brete de volver a agitar el espantajo de la «ultraderecha»

El discurso del miedo a Vox ya se volvió en contra en Andalucía y provoca recelos

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la primera jornada del 45º aniversario de cincoDías, en el Teatro Real, a 12 de junio de 2023, en Madrid (España) EP

La celeridad con la que el Partido Popular (PP) y Vox han sellado esta semana su primer acuerdo de Gobierno en la Comunidad Valenciana, y la entente entre los de Alberto Núñez Feijóo y los de Santiago Abascal de cara a muchos de ... los ayuntamientos que se constituirán este sábado -por ejemplo para el de Elche, una de las ciudades más grandes de esa región- han sido recibidas con una airada reacción del PSOE, que no ha dudado en poner el grito en el cielo con epítetos como «bochornoso», «vergonzoso» o «cínico», empleados estos días por los distintos portavoces socialistas, incluidos ministros como la titular de Hacienda y número dos de la Ejecutiva, María Jesús Montero, la portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, o la titular de Educación y portavoz orgánica de los socialistas, Pilar Alegría.

El argumentario elaborado por Ferraz, señalando en esta ocasión directamente al portavoz del PP, Borja Sémper, y a sus palabras sobre el líder valenciano de Vox, Carlos Flores, apartado finalmente por su condición de condenado por violencia de género, señaló ayer que los populares han pasado de «la línea roja a la alfombra roja». Unas palabras que repitió al milímetro, por ejemplo, la vicepresidenta Nadia Calviño en una larga entrevista en Onda Cero.

Sin embargo, y pese a la tentación de volver a agitar el espantajo de la «ultraderecha», como viene haciendo el PSOE desde que Vox irrumpió en la vida institucional española en las elecciones andaluzas de 2018 -no en vano en los comicios donde los socialistas perdieron un feudo que mantenían desde hacía cuarenta años- muchos en el partido, y en varios territorios, ponen en duda esa estrategia.

Desde luego, y a la vista de los resultados más recientes, más allá de la debacle en las municipales y autonómicas del pasado 28 de mayo, no parece que alertar de la llegada al poder de Vox le haya proporcionado excesivos réditos electorales a la formación.

Para ver esta página correctamente ve a la versión web

Continuar

De nuevo en Andalucía, en junio de 2022, el popular Juan Manuel Moreno revalidó como presidente de la Junta con una histórica mayoría absoluta, en una campaña muy focalizada por parte del candidato de los socialistas andaluces, Juan Espadas, en advertir de la posible llegada al Ejecutivo autonómico de los de Santiago Abascal, liderados en aquella ocasión por Macarena Olona, hoy fuera de Vox. «La gente pareció atender nuestro consejo, pero votando en masa al PP», han comentado con sorna muchos dirigentes socialistas desde entonces.

El pasado sábado, esta cuestión (antes del pacto en Valencia) fue debatida a puerta cerrada en el Comité Federal que aprobó las listas electorales para las generales del 23 de julio. En el máximo órgano entre congresos del partido, Pedro Sánchez no rehuyó esa cuestión y aseguró ante los suyos que «no lo pondré en el centro de la campaña [el miedo a Vox] pero no podemos dejar de advertir de lo que representan el PP y Vox», sentenció el secretario general.

«Eso [el discurso del miedo a Vox] es cosa del pasado», insisten en privado dos ministros

En el último año, la convicción estratégica de que había que afrontar las citas electorales con un discurso distinto, que abriera más el abanico de los asuntos tratados, y que dejase de lado al partido a la derecha de su principal competidor, el PP, ha ido calando en muchos dirigentes relevantes, tanto de la cúpula socialista como del Gobierno.

«Eso [el discurso del miedo a Vox] es cosa del pasado», han asegurado en privado dos ministros socialistas distintos en ese periodo de tiempo. Uno de ellos, muy seguidor de la política francesa, latitud que le es más próxima que a otros de sus compañeros, advierte de lo que ocurrió en el país vecino en los ochenta, cuando su correligionario François Miterrand empezó alentado subrepticiamente al Frente Nacional de Jean-Marine Le Pen, en la confianza de que eso dividiría a la derecha y minaría su apoyo electoral. Varias décadas después, la hija de Le Pen ha llegado dos veces seguidas a la segunda vuelta de las presidenciales.

Ayer mismo, en sus primeras palabras tras el pacto de la derecha valenciana, el presidente socialista en funciones de esa comunidad, Ximo Puig, ya aseguró que «el problema de la Comunitat Valenciana, en cualquier caso, no es la extrema derecha; es el PP, que dejó la Comunitat Valenciana arruinada».

Artículo solo para suscriptores
Tu suscripción al mejor periodismo
Anual
Un año por 15€
110€ 15€ Después de 1 año, 110€/año
Mensual
5 meses por 1€/mes
10'99€ 1€ Después de 5 meses, 10,99€/mes

Renovación a precio de tarifa vigente | Cancela cuando quieras

Ver comentarios