Patricia Guasp: «Tengo una mala noticia para Feijóo y Sánchez: nuestros principios no se venden»

Los asistentes a la VI Asamblea General de Cs, en la que el partido finaliza este domingo el proceso de refundación que inició Arrimadas tras el batacazo electoral en Andalucía, se han puesto en pie y le han brindado la segunda mayor ovación de la jornada. La primera, se la han dado a Arrimadas, cuando Guasp ha encumbrado su figura.

«Inés, gracias por tu generosidad, por entender el momento por el que pasa el partido. Es evidente, y no hace falta que yo lo diga, que te has ganado un hueco en la historia política de nuestro país». El reconocimiento de Guasp, que se ha congratulado de poder seguir trabajando con Arrimadas -dado que continuará de portavoz en el Congreso-, ha recibido una respuesta inmediata. Un aplauso cerrado que ha conseguido lo que no sucedió la víspera: que la emoción invadiese a la líder saliente.

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Guasp hablaba con el Comité Nacional y la nueva imagen del partido -que estrena un fondo de color verde oscuro- detrás de ella. En segunda fila, Arrimadas se situaba en el extremo izquierdo del escenario, en una posición simétrica a la de la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís. Ambas, las grandes figuras de la candidatura vencedora de las primarias, han asumido un rol secundario, símbolo de su paso a un lado en la toma de decisiones orgánicas. Ninguna estará en el Comité de Dirección.

Los más de quinientos asistentes buscaban a su ya expresidenta tras la mención de Guasp para rendirle un homenaje que ha desembocado en lágrimas furtivas de Arrimadas. En la mente de todos estaba su histórica victoria en Cataluña en 2017, cuando se impuso al nacionalismo en las elecciones marcadas por el 'procés'.

Si Arrimadas el sábado protagonizó una intervención con mensajes en clave interna, con los que pareció responder al desafío de Edmundo Bal, Guasp ha optado este domingo por un discurso mucho más ideológico, con un repaso a los problemas de España y una defensa de la necesidad de un espacio liberal fuerte para que el futuro nacional no esté en manos de populismos ni nacionalismos.

Antes de ella habían hablado el copresidente de ALDE Timmy Dooley y el presidente de Renew Europe, Stéphane Séjourné, quienes han exhibido su apoyo al proyecto liberal que defiende Cs en España. A través de un vídeo, también han mostrado su respaldo el primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte, y su homólogo en Bélgica, Alexander de Croo. A todos ellos, como a los afiliados de Cs, Guasp les ha dado las gracias.

La portavoz política ha alabado a su secretario general, Adrián Vázquez, a su vicesecretario general, Mariano Fuentes, y a su coordinador nacional, Carlos Pérez-Nievas, y, menos detenidamente, a los alcaldes y vicealcaldes de Cs que han formado parte de su candidatura. Después, uno a uno, ha mencionado a los componentes del nuevo Comité de Dirección y ha pronunciado una sola frase que podría interpretarse como un dardo a Bal: «En este proyecto prima el partido sobre los sillones».

También ha sido aplaudida su alusión a Maite Pagazaurtundúa, eurodiputada en la delegación de Cs y víctima del terrorismo, a quien ha señalado como ejemplo «de libertad y dignidad». Después, ha sido durísima contra el Gobierno de Pedro Sánchez, al que ha acusado de estar provocando un «destrozo» y de «dinamitar las bases de la convivencia» logradas en la Transición. Sin la soltura de Arrimadas o de Albert Rivera, pero con la misma contundencia, Guasp ha hablado de «una izquierda desquiciada» y obsesionada, según ella, con la cuestión «identitaria».

Se refería a los pactos de Sánchez con el independentismo, pero también a cómo el Ejecutivo, según ella, «colectiviza a las mujeres», «patrimonializa los derechos LGTBI» y «expulsa a quien piensa diferente». «La herencia de este Gobierno será la polarización». No obstante, el desmarque ideológico no se ha limitado a PSOE y Unidas Podemos, sino que ha sido también disruptiva con Vox.

«Confrontaremos con una derecha iliberal, identitaria, ultra y populista, que añora una España que nunca existió. Esa derecha reaccionara, como la izquierda, supone una amenaza a la convivencia de nuestro país. Y por eso, nos tendrá enfrente», ha expresado. A continuación, ha prometido que Cs seguirá combatiendo «los nacionalismos de toda condición».

Después, ante el vicesecretario de Coordinación Autonómica y Local del PP, Pedro Rollán, invitado este domingo a la Asamblea General, le ha tocado el turno a los populares. Guasp criticaba «el deterioro institucional y político sin precedentes» causado por el Gobierno, «nefasto», pero después ha acusado al PP de ejercer la oposición «en una sala de espera», aguardado que le toque arreglar el desaguisado. «¿Para qué quiere gobernar el PP? ¿Para hacer lo mismo que en 2010, recortar y subir los impuestos a todas las familias de este país?».

Entre las recetas frente a «las políticas fracasadas» de los últimos cuarenta años, Guasp ha mencionado la reforma del sistema de pensiones para garantizar su sostenibilidad, la racionalización de la «administración mastodóntica», la defensa de la máxima libertad de expresión y la centralización de la sanidad. «Si tenemos que hablar de centralizar competencias, lo haremos sin miedo», ha clamado, arrancando otro aplauso del público. «Hoy es el primer día del renacer de este partido; del renacer del espacio liberal en España».