Se resuelve así la formación del Ejecutivo regional tras las pasadas elecciones del 21 de abril, en las que los jeltzales, aunque acosados por Bildu, que consiguió empatarles en número de escaños, se hicieron con la victoria en número de votos. Algo que les daba la legitimidad para postular a su candidato a la investidura y empezar a negociar con los socialistas, casi desde primera hora, para reeditar la coalición de los últimos cuatro años.
La sesión de investidura arrancó con el discurso de la cara visible de Bildu en el legislativo vasco, Pello Ochandiano, que también se presentó como candidato y que, aunque insuficientes, ha recabado los 27 votos de su formación. El modelo para elegir presidente en el País Vasco es excepcional en el territorio español, pues son dos personas las que se pueden presentar y los diputados eligen entre ambos nombres. En primera vuelta se precisa el voto de 38 de los 75 escaños que componen el Parlamento regional, es decir, mayoría absoluta.
De no conseguirla se convoca un nuevo pleno en las siguientes 24 horas, algo que no ha sido necesario en esta ocasión, y que evita el bloqueo político. En esa segunda vuelta, los diputados autonómicos votan por un candidato u otro, ganando el que cuente con más apoyos, de forma que únicamente un empate evita la investidura.
El resto de formaciones, los 7 diputados del Partido Popular, la diputada electa de Vox y el de Sumar se han decantado por la abstención.
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