El Gobierno vasco crea una nueva «delegación permanente» en Washington
El lendakari Imanol Pradales ha anunciado durante su viaje a Estados Unidos una nueva sede que se une a otros seis centros por todo el mundo
El País Vasco dedica más de tres millones de euros sólo al personal de sus «embajadas»

La red de delegaciones que el País Vasco tiene distribuida por todo el mundo sigue ampliándose. La última, tal y como ha anunciado el lendakari Imanol Pradales durante su viaje oficial a Estados Unidos, estará ubicada en Washington de forma «permanente» con el objetivo de «intensificar la presencia vasca en el país norteamericano». La elección de la capital estadounidense responde a la intención de Pradales de «tejer nuevas alianzas que refuercen la relación entre Euskadi y Estados Unidos».
Ese es el pretexto mismo del viaje del lendakari, que le ha llevado primero a a Washington, desde donde lanzó un duro mensaje contra la Administración Trump, y terminará en Nueva York. Allí, esta red institucional en el extranjero ya contaba con una base. A ella se sumaban las de Bruselas, Buenos Aires, Santiago de Chile, Bogotá y Ciudad de México. Con lo que, contando la nueva en la capital del país norteamericano, ascienden a seis centros, aunque el Gobierno vasco enumera siete, al situar en este grupo también la que tiene ubicada en Madrid.
Según explica el propio comunicado del Ejecutivo regional, estas delegaciones, bajo el mando del Departamento de Acción Exterior vasco, son «oficinas de representación» para «fortalecer la presencia institucional, política, económica y cultural de Euskadi en el ámbito internacional«. Actúan como »puntos de referencia para la ciudadanía vasca en el extranjero, contribuyendo al «posicionamiento global de Euskadi».
La primera se estableció en Bruselas en 1994, tras la cual se han ido sumando progresivamente las demás a lo largo de los años. La última ha sido anunciada después de que el lendakari se reuniera con los congresistas del Partido Demócrata Joaquín Castro y John Garamendia y con el republicano James E. Risch. Encuentros con los que pretende medir los efectos de la llegada de Donald Trump al poder y las posibles consecuencias de sus políticas en relación con los intereses del País Vasco.
Trasluce que la mayor preocupación del gabinete vasco es la presión en materia arancelaria impuesta por la Casa Blanca a Europa. Así, Pradales les ha explicado que cualquier «barrera comercial» impuesta desde Washington tiene un impacto notable en la comunidad autónoma vasca, ya que el 8% de las exportaciones de la región van dirigidas al mercado estadounidense.
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